LA CUESTIÓN DEL PCE(R)

sumario

Documento anexo 1 

Documento anexo 2

Documento anexo 3

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Documento anexo 1

Extraído de La Voce n. 6 (novembre 2000)

 

Movimiento comunista internacional

 

A proposito de  la revista La Gaceta y de la formacion de la fraccion Octubre del PCE(r)

 

La formación de la Fracción Octubre del Partido Comunista de España (reconstituido) y la salida de la revista La Gaceta plantean con mayor urgencia un viejo problema que no sólo afecta a los camaradas del PCE(r) sino a todos los comunistas de los países imperialistas: la acumulación de fuerzas.

En nuestros respectivos países la situación revolucionaria está en pleno desarrollo: la crisis política se agrava cada día que pasa. Ni la burguesía imperialista puede gobernar con los instrumentos del pasado ni las masas populares pueden vivir como en el pasado. Por el contrario la recogida, formación y acumulación de fuerzas revolucionarias se encuentra en una situación de estancamiento. La clase obrera es todavía políticamente inexistente y no consigue ni siquiera guiar a las masas populares en defensa de las conquistas sociales y de bienestar arrancadas en otro tiempo.

La causa fundamental de esto, a la que debemos asirnos para mover toda la cadena de las actividades correspondientes a la recogida, formación y acumulación de fuerzas revolucionarias en nuestros respectivos países, es la de que faltan partidos comunistas adecuados a las tareas que la situación pone a la orden del día.

No se trata  tan sólo de reconstruir partidos comunistas tal como eran en otro tiempo. Empresa que, por lo demás, se intentó en los años 60 y se reveló imposible. Debemos recoger como un tesoro el patrimonio teórico y de experiencia del movimiento comunista. La continuidad con el pasado es esencial. Pero también debemos elaborar la experiencia pasada y presente del movimiento comunista y de las masas populares de nuestros países. Esto es lo nuevo de los partidos comunistas, lo que les pondrá a la altura de las tareas del presente. En suma, ante la nueva oleada de la revolución mundial debemos construir partidos marxistas-leninistas-maoístas.

No será un proceso fácil, pues no existen soluciones disponibles de antemano, corroboradas por  la práctica. La acumulación de fuerzas revolucionarias en los países imperialistas es una tarea nueva, sobre la que no existen precedentes. Es preciso aplicar la ciencia existente y lograr nuevas experiencias, intentándolo una y otra vez. Es inevitable que surjan divergencias. Para realizar esta tarea es indispensable que entre los comunistas, a nivel de toda Europa, de cada país y de cada organización y partido, se desarrolle una confrontación franca, abierta y pública. Es necesario que el régimen interno de cada partido combine el centralismo con la democracia, la iniciativa política con la discusión, teniendo en cuenta las tareas específicas de la fase, de forma que paralelamente se desarrollen las ideas y se verifiquen en la práctica y que cada camarada y organismo aporte la máxima contribución de la que sea capaz y avance de acuerdo con su capacidad.

No nos corresponde a nosotros valorar las formas concretas del desarrollo de la lucha entre dos líneas en otro partido, pero ella es un hecho objetivo. Por principio (independencia de cada partido comunista) y por falta de un conocimiento adecuado no entramos a enjuiciar ni el régimen interno del PCE(r), ni las formas en las que se desarrolla la lucha ideológica entre líneas ni en las líneas particulares. Pero los camaradas de la Fracción Octubre plantean problemas de teoría revolucionaria, de carácter universal, que están de actualidad y que tienen una gran importancia política. Ningún comunista puede eludirlos. En efecto, sólo partidos dotados de una teoría revolucionaria pueden desempeñar un papel de vanguardia.

El PCE(r) ha llevado a cabo una lucha heroica, primero contra el franquismo y después contra los gobiernos de la Reforma. Ha sabido evitar la trampa de la Reforma y ha formulado la ley universal de que “no hay retorno del fascismo a la democracia burguesa”. Esto supone, de hecho, una crítica a la línea adoptada por los partidos comunistas en Europa occidental durante la segunda guerra mundial. De esta manera el PCE(r) ha afirmado en la práctica algunos aspectos esenciales y universales de la situación a la que todos los partidos comunistas deben hacer frente en esta época. Por esto también la lucha entre líneas que se ha producido abiertamente en su seno tiene alcance y repercusión internacionales.

Lejos de echarnos las manos a la cabeza, saludamos con satisfacción el carácter abierto, franco y público de la lucha, deseando que el partido en su conjunto la conduzca de tal forma que sea fecunda. Ella beneficiará a todo el movimiento comunista y permitirá al PCE(r) desarrollar a nivel europeo el cometido que le corresponde de acuerdo con su rica experiencia revolucionaria.

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Documento anexo 2

Comunicado de la CP del 2 abril de 2001

 

La AFAPP-ACPG ha difundido con fecha 9 de marzo el Comunicado que adjuntamos.

A propósito de este comunicado, la CP y la redacción de La Voce declaran que las afirmaciones contenidas en el mismo y referidas a ellas, son calumnias privadas de todo fundamento. Los autores del Comunicado confirman solamente que no tratan las divergencias políticas e ideológicas internas de su partido según los métodos propios del movimiento comunista: el centralismo democrático y la lucha entre las dos líneas en el partido. Por el contrario, se atienen a los métodos que los revisionistas modernos han impuesto en los partidos comunistas, a partir de los años 50, consistentes en denigrar a los adversarios, tratar de aislarlos, intentar imponer con métodos intimidatorios y chantajes sus posiciones y ahogar el debate. Todos los camaradas interesados pueden constatar por la prensa del PCE(r) y de su Fracción Octubre las importantes divergencias de análisis y línea que existen en  el PCE(r). Algunas de ellas no conciernen exclusivamente a la revolución socialista en España, sino que tienen relevancia para todo el movimiento comunista internacional, por lo cual es importante que todas las organizaciones y partidos comunistas se posicionen con respecto a ellas con espíritu internacionalista. Por lo que a nosotros respecta, lo hemos hecho ya en el n.6 de La Voce (de ahí el furor de los autores del Comunicado) y a ellas volveremos a referirnos en cuanto nos sea posible.

Con respecto a las relaciones internacionales, el Comunicado de la AFAPP-ACPG adopta un método basado en la arrogancia e imposición de sus opiniones mediante el chantaje: un método que ninguna organización comunista puede aceptar.

Pedimos a todos los compañeros que reciban este Comunicado de la CP, darle la misma difusión que han dado al Comunicado de la AFAPP-ACPG.

 

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Documento anexo

Comunicado de las AFAPP-ACPG de fecha 9 de marzo de 2001 (traducido del italiano)

Queridos Camaradas, a continuación os transmitimos un comunicado de las Afapp-Acpg, rogándoos publicarlo (en el caso de que publiquéis algo en la prensa), incorporarlo a la red y dar a conocer su contenido a cuantos más compañeros sea posible. Verdaderamente la solidaridad de los italianos nos ha llegado y nos llega cada día a raudales, pero estamos hartos de dejar que estos señores hagan lo que les dé la gana a su placer,  a expensas de los prisioneros políticos españoles.

Fraternalmente, las afapp-acpg

COMUNICADO DE LAS AFAPP-ACPG

Se nos ha informado que en la publicación La Voce (marzo 2001, N° 7), en las páginas 58-59, se encuentra inserto un comunicado de presunta solidaridad con el Partido comunista de España (reconstituido).

Para que no se cree confusión transcribimos a continuación parte de la carta escrita con fecha 29 de enero de 2001 por el Secretario general del PCE(r), camarada Manuel Pérez Martínez, "Arenas", que, con referencia a los señores que publican dicho libelo y sus amigos, afirma: "Se trata de gente sin principios y escrúpulos, que han tratado de estafarnos, nos han chantajeado y, cuando se han dado cuenta de que no podían seguir haciéndolo, han proseguido su labor contrarrevolucionaria contra el Partido utilizando nuestro nombre para atacarlo mejor. Fingen “defender” a los presos, pero solamente lo hacen para ganarse la confianza de la gente que simpatiza con nosotros y está con nosotros”. "Es además necesario que quede totalmente claro que no tenemos absolutamente nada en común con esa gentuza y que rechazamos cualquier tipo de relación con quien tenga contactos con ellos".

Las palabras del Secretario general del PCE(r) son confirmadas por el hecho de que, en el momento de indicar a los lectotres italianos dónde enviar mensajes e-mail de solidaridad, han proporcionado una dirección inexistente, intentando inutilizar de este modo la solidaridad.

Prueba ulterior de la falta de escrúpulos con los que esta gente utiliza el nombre del  PCE(r) es cuando (página 57) afirman, hablando del militante comunista José María Sánchez Casas, que "En el 98 participó en la Jornada Internacional del Revolucionario Prisionero (JIRP) en algunas ciudades italianas a invitación de la ASP".

J.M. Sánchez Casas NO ha participado nunca en ninguna JIRP y, en el curso de su demasiado breve vida, tuvo la oportnidad de venir una sola vez a Italia, con ocasión de la apertura de algunas exposiciones en las que expuso sus obras (dicembre 1998).

Quien se proponga solidarizarse verdaderamente con el PCE(r) y sus presos puede  dirigir la correspondencia a esta dirección electrónica: afapp@libero.it.  La corrispondenza ordinaria puede ser enviada a: AFAPP - MBE 141 - Via dei Mille, 40 - 00185 ROMA.

 

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Documento anexo 3

Comunicado de la CP del 8 de abril de 2001

 

La calumnia como arma de la lucha política

(Sobre las mentiras y calumnias difundidas por Arenas y algunos otros representantes del PCE(r)

contra nosotros)

 

La calumnia y la mentira son armas de la lucha política en cada país. Es preciso tenerlo en cuenta. Ninguna prédica podrá cambiar la situación. Las mismas prédicas contra la calumnia y la mentira en boca de los políticos burgueses no son más que hipocresía. La calumnia  y la mentira han sido elevadas a arte y técnica específicas, se han convertido en una rama de la actividad económica y en una profesión. Es un hecho que observamos cada día y las campañas electorales son una manifestación concentrada del nivel, de la finura y desenfreno alcanzados por los partidos y políticos burgueses en construir mentiras y esparcir calumnias contra sus adversarios.

La calumnia y la mentira no sirven para engañar al adversario. Este conoce los hechos. Sirven para engañar a las masas, para debilitar el apoyo de las masas al adversario y para reforzar el apoyo de las masas al calumniador y mentiroso. Cuanto más importantes son en un país las masas y su consenso o al menos su pasividad y resignación para que la clase dominante pueda gobernar y defender sus intereses, mayor es la perfección y la pericia alcanzadas por la burguesía en la fabricación de mentiras, en la invención de acontecimientos que nunca han tenido lugar, en la difusión de calumnias. Cuanto más “democrático” (en el sentido burgués del término) es un país, tanto más está desarrollado este campo de la actividad política, mayores son los recursos económicos destinados al mismo, mayor desarrollo tienen la investigación científica y la aplicación de los métodos e instrumentos más refinados de la ciencia, de la técnica y de la cultura. Por esto los EEUU de América son desde hace cien años a esta parte la Meca de la mentira y de la calumnia aplicadas a la política y la Universidad mundial de esta nueva rama de la actividad humana. Los burgueses de otros países imitan a los EEUU y los profesores y profesionales americanos de este arte son invitados y pagados en cada país burgués. Rutelli y Berlusconi siguen la práctica corriente. Es más, “régimen democrático” (en la publicística de la burguesía y de los grupos culturalmente acreedores de ella) se ha convertido ya en sinónimo de régimen en el que esta nueva técnica política puede ser empleada libremente por quien tiene el dinero y la influencia social necesarios para utilizarla. Es precisamente desde este punto de vista que, por ejemplo, las recientes elecciones en Serbia han sido democráticas.

Así pues, la calumnia y la mentira son armas de las que no puede prescindir ningún político burgués. Si afirma no recurrir a ellas, buscad bien y encontraréis que su afirmación es otra mentira. En una sociedad en la que el robo es corriente, hurtar la confianza y parecer honestos son un arma para robar mejor.

Nosotros comunistas somos promotores y organizadores de la movilización de las masas populares en la guerra que la burguesía imperialista lleva a cabo contra ellas. Como en cada guerra, se plantea ante nosotros la cuestión: ¿las armas  utilizadas contra nosotros  por nuestro adversario, son también armas eficaces en nuestras manos si las utilizamos contra él?

La burguesía imperialista practica también el exterminio de las poblaciones civiles. Los imperialistas ponen a punto armas de destrucción masiva cada vez más potentes, los imperialistas anglosajones han utilizado corrientemente desde la II Guerra Mundial los bombardeos intensivos de las ciudades y la bomba atómica, los sionistas israelíes utilizan en Palestina sistemáticamente las represalias contra la población civil. ¿Son también eficaces estas armas de guerra en manos de los comunistas? En general no. Nuestra estrategia bélica es la movilización de las clases oprimidas contra la burguesía imperialista y la historia ha demostrado que con esta arma podemos vencer a la burguesía imperialista: Vietnam es un ejemplo clarísimo. Los revisionistas modernos arrastraron a los países socialistas a una competición con el imperialismo de EEUU para ver quién construía armas de destrucción masiva más potentes, antes que poner el acento en la movilización revolucionaria de las masas populares de los países imperialistas de América y Europa: pero así han llevado al movimiento comunista a la derrota.

La mentira y la calumnia son armas eficaces en manos de la burguesía, pero no en nuestras manos. Por tanto, los comunistas no las utilizamos. Esto no lo hacemos por ese moralismo hipócritamente predicado por los enredadores y calumniadores burgueses más encallecidos, expertos y astutos. Si no por una razón práctica y por cada uno comprendida, que la confianza de las masas es para los comunistas el arma fundamental para la victoria. La confianza de las masas populares es para nosotros lo que el dinero para la burguesía. Nuestro poder social se fundamenta en definitiva sobre ella. Debemos poner a las masas populares en condiciones de aprender por su misma experiencia que los comunistas decimos siempre la verdad (cosa que no siempre es simple ni fácil: véase a este respecto a  B. Brecht, Cinco dificultades para quien escribe la verdad, 1935) y que, si a veces decimos cosas que no son verdad, es porque ni  siquiera nosotros mismos la conocemos, nos equivocamos de buena fe y estamos prestos a reconocerlo en cuanto nos demos cuenta de ello. Los revisionistas modernos han sido expresión de la influencia de la burguesía en el movimiento comunista. En los más variados campos remedaban a la burguesía e imponían los métodos y concepciones de ésta. Ellos han introducido en el movimiento comunista la calumnia y la mentira como armas de la lucha política: con los resultados que hemos visto. Nosotros comunistas, promotores del renacimiento del movimiento comunista, estamos creando nuevos partidos comunistas, debemos extirpar esta mala planta revisionista de nuestras filas, aunque al comienzo esto parezca dañarnos en la lucha contra la burguesía y contra quien en las filas del movimiento comunista continúa siguiendo las lecciones de los revisionistas, porque la mentira y la calumnia son armas eficaces. El oportunismo consiste en sustancia en sacrificar los objetivos estratégicos de la clase obrera y del comunismo en aras de algunas ventajas inmediatas y limitadas a grupos e individuos. Mostraríamos, pues, una clara manifestación de oportunismo si recurriésemos al método de oponer mentiras y calumnias a las mentiras y calumnias lanzadas contra nosotros por nuestros enemigos burgueses y por nuestros adversarios semi-revisionistas. Por obtener, como individuos o como grupo, cualquier ventaja inmediata sobre los burgueses o sobre los seguidores de los revisionistas en nuestras filas, sacrificaríamos la posibilidad de la victoria de la revolución socialista y de la lucha por el comunismo – que está ligada por su misma naturaleza a la confianza de las masas populares en los comunistas y a la movilización directa de las masas populares que depende de la primera.

La actitud de los comunistas frente a las mentiras y calumnias, que los burgueses y sus seguidores revisionistas en nuestras filas practican inevitable y sistemáticamente, se resume en tres puntos simples y claros:

1. no las practicamos,

2. no las tememos,

3. las combatimos.

Hemos ya explicado los motivos por los que no las practicamos. ¿Por qué no las tememos? Porque a la hora de crear conciencia entre las masas populares y determinar a largo plazo su comportamiento, la experiencia práctica es más importante que la propaganda. Por muy refinadas y científicas que sean la fabricación de mentiras y la difusión de calumnias, chocan contra la experiencia práctica de las masas. Mientras tanto  nuestra propaganda de la verdad y nuestras indicaciones pueden apoyarse plenamente en la experiencia práctica de las masas. No hay propaganda de un régimen, no hay condicionamiento de la conciencia de las masas por parte de la clase dominante que no entre en contradicción con la experiencia práctica que las masas tienen de su opresión. Por consiguiente, aunque por lo que respecta nuestra propaganda (sobre todo inicialmente) disponemos de medios menores, podemos hacer frente con éxito a la propaganda burguesa, porque nos basamos en la experiencia práctica de las masas populares. Los fascistas, nazis, revisionistas, curas católicos: he aquí la gente que ha utilizado a gran escala en su propaganda la mentira y la calumnia: pero no por esto se han salvado. También los imperialistas americanos utilizan mentiras y calumnias a gran escala, con arte refinado y con grandes medios a pesar de que en cada rincón del mundo se incrementa la movilización contra los imperialistas americanos. Por consiguiente, no tenemos motivos para temer las mentiras y calumnias como si no pudiéramos recurrir a ellas.

Detengámonos ahora un momento sobre el tercer punto: las combatimos. ¿Por qué las combatimos? Los burgueses y revisionistas utilizan mentiras y calumnias no porque sean malvados, sino porque las mentiras y calumnias son armas eficaces. Si no fueran eficaces, no las utilizarían. Son eficaces porque debilitan el apoyo de las masas a nuestra causa y lo desvían. Por consiguiente, en cada batalla concreta pueden desplazar la victoria de un campo a otro. Ahora no podemos ganar la guerra contra la burguesía imperialista en la que estamos empeñados, si perdemos todas las batallas aisladas. Debemos, pues, combatir con particular vigor y precisión las mentiras inventadas y las calumnias esparcidas por los compañeros pertenecientes a nuestras filas y que todavía siguen los métodos que los revisionistas modernos han impuesto en el movimiento comunista a partir de los años 50. En efecto, son armas particularmente eficaces y peligrosas. Porque no sólo a las masas, sino hasta nosotros mismos nos resulta difícil aceptar el hecho de que personas, que por otra parte han hecho, hacen y probablemente todavía harán también cosas loables (aunque con estos métodos no llegarán muy lejos) inventen de arriba abajo mentiras y calumnias para denigrar y aislar a camaradas. No es fácil para nuestros compañeros admitir que las calumnias son calumnias cuando son proferidas por personas por otra parte estimadas o por personas que están en manos del enemigo, como es el caso de Arenas desde el pasado 8 de noviembre. Por consiguiente sus mentiras y calumnias encuentran eco, son creídas o al menos siembran la duda en nuestras filas y entre las masas. Es obvio que es particularmente grave y vergonzoso por parte de estos mentirosos y calumniadores protegerse tras el prestigio adquirido por su organización o tras la obligada solidaridad que las masas y camaradas dan a los prisioneros, para hacer creíbles mentiras y calumnias. Por esto debemos combatir sin vacilación las mentiras y calumnias, tanto más cuanto más difícil es para quien las escucha hacerse una opinión propia acerca de ellas.

No siempre es fácil desenmascarar de inmediato cada mentira o calumnia. A veces quien miente y calumnia se refiere a episodios que el público no conoce directamente. No siempre es posible a los directamente interesados exponer los detalles: sería proseguir y agravar la obra de delación realizada por los calumniadores y mentirosos, sería violar la compartimentación y los criterios y reglas de clandestinidad. A veces contando también detalles, pondremos solamente al público en la alternativa de creer por acto de fe en nuestra versión o en la de los calumniadores, porque de todos modos no habría en su experiencia directa elementos para tomar una decisión con autonomía. Somos contrarios a poner a las masas y camaradas ante una situación de ese tipo, de tener que hacer actos de fe y dividirse. En estos casos debemos desmentir clara y públicamente las mentiras y calumnias y llevar a cabo una lucha a largo plazo para desenmascarar a los artífices de mentiras y a los propagadores de calumnias: antes o después cada compañero o persona que oye hoy sus mentiras contra nosotros y no tiene elementos propios para saber dónde está la verdad, descubrirá que los mentirosos y calumniadores de hoy mienten también sobre las cosas de las que cada uno de ellos tiene conocimiento directo, descubrirá que usan la mentira como arma de lucha política en campos en los que él mismo tiene experiencia directa.

Pero una vez que nos es posible reclamar la atención de nuestros camaradas y de las masas populares sobre hechos conocidos por ellos y de los que pueden tener conocimiento directo que desenmascaran a los mentirosos y calumniadores, es nuestro deber revolucionario hacerlo y no conceder tregua, tanto más por cuanto se trata de desenmascarar a mentirosos y calumniadores que se amparan tras los méritos de la organización a la que pertenecen y tras la solidaridad de las masas populares y de los camaradas hacia los revolucionarios presos.  Haremos un mal servicio a la causa por la que también ellos combaten (o dicen combatir: en ambos casos abusan de todas formas de la causa del comunismo) si en nombre de sus méritos aceptásemos y diésemos vía libre a sus fechorías, si en nombre de la solidaridad con ellos arruinásemos nuestra causa. La solidaridad con los camaradas prisioneros, no está por encima de la defensa de nuestra causa, de la acumulación de fuerzas revolucionarias y del reforzamiento de las posiciones del comunismo contra la burguesía, sino que es solamente un aspecto y una parte de ello. Actuar de otra forma, concebir la solidaridad de forma unilateral, supondría  transformar una contradicción no antagónica entre nosotros y los calumniadores, interna a nuestro movimiento, en colaboración con la burguesía y, por consiguiente, en una contradicción antagónica entre nosotros y las masas populares

Es por las razones que hasta aquí hemos expuesto analíticamente por lo que desmentimos las “noticias” difundidas por Arenas y la prensa del PCE(r) y de las AFAPP con respecto a las relaciones entre nosotros y el PCE(r) como mentiras y calumnias carentes de todo fundamento (como hemos ya declarado en nuestro breve Comunicado del  2 de abril del 2001).

De algunas de estas noticias completamente inventadas nuestros camaradas y lectores se darán cuenta en el curso del tiempo o bien reflexionando sobre el conjunto de los aspectos de la situación. En efecto debe ya alarmarles ahora, en relación a la fiabilidad de los autores y difusores de estas "noticias", el hecho de que, mientras  éstos  se prodigan en “noticias” y  alusiones difamatorias e insultos, ya sea contra nosotros o contra los miembros de su mismo partido, no afronten abiertamente las divergencias de concepción, análisis, método y línea política que sin embargo todos los lectores de la prensa del PCE(r) (Resistencia y Antorcha) y de su Fracción Octubre (La Gaceta) pueden comprobar que existen en sus filas. En cuanto a las divergencias ideológicas y políticas entre nosotros y el PCE(r), son numerosas y conocidas desde hace tiempo por todos los revolucionarios que siguen la prensa de ambas organizaciones. La polémica sobre la teoría de la crisis de superproducción absoluta de capital ha sido llevada a cabo a su tiempo abiertamente también en la prensa (en los periódicos Rapporti Sociali y Resistencia y en el libro La segunda crisis general del capitalismo); cada camarada puede darse cuenta y hacerse una idea bien acerca de las respectivas posiciones, bien acerca del método seguido a la hora de sostenerlas. Debe alarmarles también el hecho de que las “revelaciones” difamatorias contra nosotros hayan salido a la luz después que el enfrentamiento ideológico y político dentro del PCE(r) desembocase en la formación de la Fracción Octubre, es decir, como consecuencia de una contradicción interna que Arenas no quiere reconocer y que pretende tratar denigrando y aislando a miembros y dirigentes del PCE(r). Antes se hablaba de nosotros en la prensa del PCE(r) de forma diferente (Resistencia n. 45). El mismo cambio brusco se observa también con respecto a los CARC, cuyas publicaciones han sido antes citadas  favorablemente muchas veces  en la prensa del  PCE(r), como cualquiera  puede constatar hojeándola.

Existen, sin embargo, cuatro cuestiones sobre las que podemos indicar a nuestros lectores cómo verificar directamente las cosas:

1. La cuestión de la campaña electoral en Italia.

En el n. 5 de La Voce (julio 2000) criticamos la tendencia a “refugiarse tras enunciaciones de principios sin afrontar el análisis concreto de las condiciones concretas del renacimiento del movimiento comunista y en particular de la acumulación de fuerzas revolucionarias en los países imperialistas en esta fase”. Así mismo criticamos a los camaradas que atribuyen a las condiciones objetivas la responsabilidad de su persistente y hasta creciente aislamiento de las masas; aislamiento que, por el contrario, se deriva de la táctica errónea seguida,  embellecida con esas vacuas enunciaciones de principios y que  hacen cuadrar con la realidad por medio de fantasías (como, por ejemplo, los diez millones de trabajadores que boicotean al régimen español inventados por los redactores de Resistencia n.48 tras las elecciones generales españolas del 2000). Justamente  también Arenas se ha sentido concernido por estas críticas. Pero, en vez de afrontarlas clara y directamente, en el n. 53  de Resistencia, las liquida declarando: “... hoy  las cosas  están muchísimo más claras [sobre nuestra verdadera naturaleza, desde el momento en el que hemos osado criticarlo]... en el último número [el n. 6] de su revista La Voce revelan su plan de ‘constituir el Frente para la reconstrucción del partido comunista que participe en las elecciones generales del 2001’!” (Pág. 41). Tengamos ahora en cuenta que Arenas en 1996 ha dirigido las negociaciones entre el PCE(r) y el gobierno de Aznar que habrían debido conducir a éste nada menos que a democratizar el régimen político español. Igualmente hay que recordar que tanto en las elecciones del País Vasco de octubre de 1998, como en las elecciones europeas de junio de 1999 (en tanto estaban en curso les negociaciones entre ETA y el gobierno de Aznar), el PCE(r) participó en la campaña electoral dando incluso la consigna de votar por la coalición electoral independentista vasca Euskal Herritarrok. Es pues evidente cuánto hay de demagogia en la actual indignación de Arenas por nuestra táctica que, según él, sería tan contraria a los principios que eximen de considerar las condiciones concretas en las que en Italia llevamos a cabo la lucha por la reconstrucción del partido. Por lo demás, él mismo, en el informe presentado al IV congreso del PCE(r), (precisamente en el pasaje recogido en la ya citada página 41 de Resistencia n. 53), sostiene que en la táctica es preciso mantener la máxima libertad. Clara confirmación de cómo un buen principio repetido de memoria como un versículo de la Biblia puede darse la mano con las posiciones más erróneas, en el caso de camaradas que no utilizan los principios para hacer el análisis concreto de la situación concreta.

 

2. En el comunicado emitido en nombre de la AFAPP-ACPG, con fecha 9 de Marzo de 2001 se afirma que en La Voce n. 7 “a la hora de señalar a los lectores italianos donde enviar mensajes e.mail de solidaridad, se ha proporcionado una dirección inexistente, tratando de inutilizar de esta forma la solidaridad”. Ahora cualquiera puede constatar que La Voce ha dado la dirección de la AFAPP AC3205 01080 Gasteiz, tel-fax 0034-45-138875, e.mail AFAPP@POST.COM, exactamente la que aparece en los números 15 (otoño 99) y 16 (primavera 2000) del boletín A La Calle de las AFAPP-ACPG-CPPL, los últimos números de los que disponíamos.

 

3. En el mismo comunicado de las AFAPP-ACPG se dice que nosotros habríamos mentido a propósito de la visita realizada a Italia por el camarada y artista Sánchez Casas a invitación de la ASP [Ndt: Asociación de Solidaridad Proletaria] en 1998. Todos los camaradas de Roma y Nápoles que han participado en las exposiciones de Sánchez Casas, en diciembre de 1998, saben que estaban promovidas por la ASP y que el tema de las conferencias que tuvieron lugar durante las exposiciones fue la solidaridad con los revolucionarios presos. Es verdad que no se trataba de manifestaciones que entrasen en el marco de la GIRP [Ndt: Jornada Internacional del Revolucionario Prisionero] de 1998 como erróneamente ha escrito La Voce. Pero cada uno puede constatar que esto no cambia sustancialmente cuanto se ha dicho en  La Voce n. 7 pág. 57.

 

4. El chantaje como método de convicción. El ya citado comunicado de las AFAPP-ACPG muestra por sí mismo cuál es el método empleado por nuestros calumniadores en las relaciones internacionales: no será difícil para quien quiera verlo sacar experiencia directa de ello.

 

Conclusión

La lucha por liberar al movimiento comunista del revisionismo moderno es compleja porque el revisionismo ha afectado profundamente durante mucho tiempo al movimiento comunista y lo ha corrompido ampliamente. Este no resurge como algo totalmente nuevo en todos los planos, prescindiendo de camaradas, organismos y experiencias del viejo movimiento comunista en el que el revisionismo y el comunismo, como ala derecha y ala izquierda, han estado durante mucho tiempo profundamente imbricados. La lucha contra el revisionismo moderno no se lleva a cabo solamente contra organismos e individuos que se proclaman revisionistas: si así fuese, esta lucha estaría ya en gran parte concluida en nuestro país dada la desaparición de gran parte de los grupos y partidos declaradamente revisionistas. Es principalmente una lucha contra todo lo que queda del revisionismo moderno y que se arrastra todavía en nuestras filas. Por esto la labor mentirosa y calumniosa emprendida por Arenas y otros exponentes del PCE(r) no es, a nuestro parecer, algo que nos afecta solamente a nosotros ni una fechoría circunscrita e irrepetible sobre la que callar “por amor patrio”:  es un episodio de la lucha entre la línea revisionista  y la línea comunista y como tal concierne a todos los que están empeñados en el renacimiento del movimiento comunista.

Camaradas, abajo la mentira y la calumnia como armas de la lucha política en nuestras filas. Seamos dignos y conquistemos la confianza de las masas populares. La confianza de las masas populares en los partidos comunistas, construida y cimentada por su experiencia directa, es nuestra gran arma para la victoria de la causa del comunismo.