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EiLE - Presentación - Sumario - La Voce


(nuovo)Partito comunista italiano

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Los cuatro temas principales
a discutir en el Movimiento Comunista Internacional

Los comunistas se distinguen de los otros revolucionarios porque tienen una comprensión más avanzada de las condiciones, las formas y los resultados de la lucha de clases y, sobre esta base, siempre la empujan hacia adelante.

 

(K. Marx e F. Engels - Manifiesto del partido comunista, 1848 - Paráfrasis)

 

 

 

 

 

 

15 de marzo de 2010 - con actualizaciones al 30 de septiembre de 2016

Comité Central

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Delegación

BP3 4, rue Lénine 93451 L'Île St Denis (Francia)

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Los cuatro temas principales a discutir en el Movimiento Comunista Internacional

 

Este documento establece:

 

1) Cuáles son los temas que consideramos importantes para llevar adelante, en el movimiento comunista internacional, la lucha finalizada a conseguir una superior unidad;

2) Cuáles son nuestras posiciones sobre estos temas;

3) Cuáles son los documentos en italiano y en los idiomas comunes (inglés, francés, castellano), donde nuestras posiciones se explican exhaustivamente, a disposición de ambas partes.

 

Temas sobre los cuales desarrollar el debate

 

Los temas sobre los cuales creemos necesario desarrollar la discusión son cuatro:

1. el balance del movimiento comunista (primera oleada de la revolución proletaria y primeros países socialistas, crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno, renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM);

2. la teoría de la (primera y segunda) crisis general del capitalismo, en la época del imperialismo y de la consecuente situación revolucionaria en desarrollo;

3. el régimen de contrarrevolución preventiva establecido por la burguesía en los países imperialistas;

4. la estrategia de la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración).

 


Índice

1.

El balance del movimiento comunista (primera oleada de la revolución proletaria y primeros países socialistas, crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno, renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM, perspectivas para la organización del Movimiento Comunista Internacional)

1.1. La primera oleada de la revolución proletaria y los primeros países socialistas

1.1.1. ¿Por qué, durante la primera oleada de la revolución proletaria mundial, en la primera parte del siglo pasado, el movimiento comunista no estableció el socialismo en ningún país imperialista?

1.1.2. ¿Por qué, después de un primer periodo inicial de desarrollo meteórico y de grandes victorias, la primera oleada de la revolución proletaria mundial perdió el empuje y la fuerza propulsora del progreso humano que había tenido inicialmente?

1.1.3. ¿Por qué los primeros países socialistas, que habían llegado a cubrir un tercio de la humanidad, después de un período inicial de grandes logros, han ido perdiendo fuerza, han decaído hasta derrumbarse o cambiar de color y, en ambos casos, han de toda manera abandonado el rol de base roja de la revolución proletaria mundial que habían jugado inicialmente? El balance analítico de los primeros países socialistas: ¿lucha entre dos líneas en el socialismo o degeneración burocrática (como afirman los trotskistas)?

1.2. Crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno. ¿Por qué los revisionistas modernos lograron tomar la dirección del movimiento comunista y desviarlo?

1.3. El renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM

1.4 Las perspectivas de organización del Movimiento Comunista Internacional: ¿por qué el renacimiento del movimiento comunista procede tan lentamente?

 

2.

La teoria de la (primera y segunda) crisis general del capitalismo en la época imperialista y de la consecuente situación revolucionaria en desarrollo

 

3.

El régimen de contrarrevolución preventiva instaurado por la burguesía en los países imperialistas

 

4.

La estrategia de la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración)

 

Textos para la profundización

 


 

 

 

Las posiciones del (nuevo) Partido Comunista Italiano sobre los 4 temas del debate

 

1.

El balance del movimiento comunista (primera oleada de la revolución proletaria y primeros países socialistas, crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno, renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM, perspectivas para la organización del Movimiento Comunista Internacional)

 

1.1. La primera oleada de la revolución proletaria y los primeros países socialistas

 

Nos referimos a la primera oleada de la revolución proletaria, que se ha desarrollado en la primera parte del siglo pasado, coincidiendo con el desarrollo de la primera crisis general del capitalismo (véase más adelante: "la teoría de la (primera y segunda) crisis general del capitalismo en la era imperialista y de la consecuente situación revolucionaria en desarrollo"). En resumen, la crisis general produce una situación revolucionaria en desarrollo. Es una situación revolucionaria en la cual los caracteres descritos por Lenin (1) se extienden en el tiempo y se vuelven paulatinamente más acentuados: se hace más fácil para el partido comunista construir el proceso que lleva a la clase obrera a la toma del poder. De hecho, la situación revolucionaria en desarrollo consecuente a la primera crisis general del capitalismo ha sido caracterizada por la toma del poder en Rusia, en China y en otros países, es decir, por la creación de los primeros países socialistas, por la destrucción del sistema colonial, por la construcción de partidos comunistas en prácticamente todos los países del mundo y por los grandes logros de civilización y bienestar arrancados por las masas populares de los países imperialistas: en pocas palabras, la primera oleada de la revolución proletaria.

Al hacer el balance de esta primera oleada de la revolución proletaria y de la historia de los primeros países socialistas, tenemos que responder a tres preguntas:


1. Lenin describe la situación revolucionaria por los siguientes caracteres: “1. la incapacidad de las clases dominantes para mantener su dominio sin cambiar las formas del mismo (...); 2. una agravación, más de lo habitual, de la angustia y de la miseria de las clases oprimidas; 3. en virtud de las razones anteriores, un aumento significativo en la actividad de las masas, que en un período 'pacífico' quedan explotadas en silencio, pero en tiempos turbulentos son atraídas, tanto por las circunstancias mismas de la crisis que por las ‘capas superiores’, en dirección de una acción histórica independiente.”
(Lenin - El derrumbe de la Segunda Internacional).

 

1. ¿Por qué, durante la primera oleada de la revolución proletaria mundial, en la primera parte del siglo pasado, el movimiento comunista no estableció el socialismo en ninguno de los países imperialistas?

2. ¿Por qué, después de un primer periodo inicial de desarrollo meteórico y de grandes victorias, la primera oleada de la revolución proletaria mundial perdió el empuje y la fuerza impulsora del progreso humano que había tenido en todo el mundo?

3. ¿Por qué los primeros países socialistas, que habían llegado a cubrir un tercio de la humanidad, después de un período inicial de grandes logros, han ido perdiendo paulatinamente el empuje, han decaído hasta derrumbarse o cambiar de color, y sin embargo han perdido la función de base roja de la revolución proletaria mundial, que los primeros países socialistas habían asumido inicialmente?

 

1.1.1. ¿Por qué, durante la primera oleada de la revolución proletaria mundial, en la primera parte del siglo pasado, el movimiento comunista no estableció el socialismo en ningún país imperialista?

 

Los comunistas se distinguen de los otros proletarios porque tienen una comprensión más avanzada de las condiciones, de las formas y de los resultados de la lucha de clases y, sobre esta base, siempre la empujan hacia adelante (Manifiesto Comunista, 1848). Cuando la comprensión no está suficientemente avanzada, los comunistas actúan a ciegas. Lo que no quiere decir que tengan, por obligación, una línea equivocada: el instinto y los enlaces de clase, en cierta medida, compensan la falta de entendimiento. Ellos, sin embargo, en estos casos, son tomados por sorpresa por los efectos reales de sus actividades. Pensando en el conjunto de sus actividades, sus logros en la transformación de la realidad y sus derrotas, los comunistas entienden también lo que han hecho de positivo sin ser conscientes de esto y aprenden a hacerlo con conciencia, y por lo tanto aprenden a predicir los resultados reales de sus actividades y planificar empresas más avanzadas sobre la base de estos resultados. Durante la primera oleada de la revolución proletaria, el movimiento comunista ha realizado muchas empresas positivas a ciegas. Pero precisamente porque había trabajado a ciegas, el movimiento comunista no ha sido capaz de aprovechar al máximo de algunos resultados y no pudo hacer una aplicación universal de otras empresas. La derrota nos obliga a hacer de nuevo el balance de su actividad y lograr una conciencia más avanzada de las condiciones, de las formas y de los resultados de la lucha entre el proletariado y la burguesía.

Los partidos de la primera Internacional Comunista no han logrado establecer el socialismo en ningún país imperialista: 1. porque no tenían una concepción correcta de la naturaleza de la revolución socialista, así pues no tenían conocimiento científico de la estrategia para hacer la revolución socialista: la guerra popular revolucionaria de larga duración; 2. no tenían una concepción correcta de la crisis general en curso.

Les faltó la conciencia que la revolución socialista, a diferencia de la revolución burguesa y otras revoluciones que se produjeron a lo largo de la historia humana, no es algo que estalla, que los comunistas tienen que esperar o a la que en cada país se preparan con 1. la propaganda, 2. la movilización de las masas populares para hacer luchas reivindicativas y participar en la lucha política burguesa, 3. la organización de la clase obrera y de las otras masas populares en sindicatos, en organizaciones de masas y en el partido comunista. La revolución socialista es un proceso impulsado y dirigido por el partido comunista, campaña tras campaña, durante el cual el partido se fortalece y se consolida, acumula y forma las fuerzas revolucionarias, encuadrando a los elementos avanzados de la clase obrera y de las otras clases de las masas populares no solo en sus propias filas, pero también en las organizaciones de masas que se agregan alrededor del partido (frente revolucionario) y así construye, extiende y fortalece paso a paso una nueva dirección en las grandes masas, un nuevo poder que se enfrenta a lo de la burguesía y que lo aprieta de manera creciente como en un tornillo de banco hasta suplantarlo (por regla general a través de una guerra civil, que la burguesía desencadena cuando se encuentra acorralada), hasta hacerse cargo de todo el país y establecer el socialismo.

Este proceso es la construcción de la revolución, es la guerra popular revolucionaria en los países imperialistas. Al avance de la guerra popular y del cerco, la burguesía responde normalmente desatando la guerra civil. En los países imperialistas, los partidos comunistas de la Primera Internacional Comunista, como no tenían una concepción científica de la guerra popular revolucionaria, no lograron responder adecuadamente a la burguesía, cuando esta amenazó o desató la guerra civil: se retiraron antes del comienzo (los casos más representativos son la Francia en los años del Frente Popular y después de la Resistencia, la Italia después de la Resistencia) o condujeron la guerra de manera equivocada y fueron vencidos (el caso más representativo es España 1936-1939). Lecciones similares también pueden ser derivadas de la experiencia de Italia a principios de los años ’20 (Bienio Rojo), como de Alemania y de otros países europeos entre los años ’20 y ’30.

Los partidos en cuestión no tenían una concepción científica de la guerra popular, y, por lo tanto, ni siquiera de su rol de liderazgo en este proceso y de ser el Estado Mayor de la clase obrera. La conciencia de ser líderes de una guerra popular revolucionaria los habría llevado a utilizar también las luchas de los reformistas, a valorar la contradicción antagónica entre los reformistas y los fascistas, a utilizar las contradicciones dentro de la clase dominante para construir el frente revolucionario de las masas populares y así poner las bases para construir las fuerzas armadas revolucionarias en diferentes países, justo cuando se presentaban las condiciones adecuadas. La conciencia de ser líderes de una guerra los habría llevado a dar la máxima prioridad a la actividad clandestina, al constituirse en partidos clandestinos o de toda manera a convertirse en ellos por iniciativa propia. Al contrario, guardaron una concepción reductiva de la actividad clandestina, como anticipación o preparación del choque que se hubiera tenido cuando la revolución hubiese estallado, o sobre la base de los intentos insurreccionales que los partidos comunistas llevaron a cabo en frío, fallando. Por lo que, no tuvieron la iniciativa y dejaron vía libre a la iniciativa de la burguesía, que los golpeó de manera preventiva, rompiendo su propia legalidad, diezmando las filas de los partidos, deteniendo y condenando a muerte a sus cuadros dirigentes (Gramsci, Thälmann).

En última instancia, dichos partidos tuvieron una concepción mecanicista de la revolución (como de lo que acontece por factores externos a nosotros) y no dialéctico-materialista (como de lo que acontece debido a nuestra acción subjetiva, cuando esta se acuerda con las leyes de la realidad).

El Partido comunista ruso actuó esencialmente a ciegas, aunque en general siguiendo una línea correcta y luego logró tomar el poder y construir el primer y más poderoso país socialista, la URSS. El Partido comunista chino desarrolló la teoría de la estrategia de la guerra popular revolucionaria de larga duración sólo en la década de los ’30. La ciencia de la guerra popular revolucionaria de larga duración es una de las seis principales aportaciones del maoísmo al pensamiento comunista.

 

¿Cuál era la estrategia de los partidos de la primera Internacional Comunista para la conquista del poder en los países imperialistas?

 

De hecho, los partidos comunistas de los países imperialistas carecían de una estrategia y oscilaban entre intenciones insurreccionales y la espera que estalle una revolución que por su naturaleza no habría podido estallar. Reducían la revolución socialista a una insurrección desatada por el partido o estaban convencidos que la revolución socialista empezaría con una revuelta de las masas populares, determinada por el empeoramiento de sus condiciones materiales.

Ahora, todas las insurrecciones lanzadas por los partidos comunistas fallaron con regularidad. Las únicas insurrecciones lanzadas por los partidos comunistas que tuvieron éxito fueron aquellas lanzadas en coincidencia de particulares batallas dentro de guerras ya en curso.

En el segundo caso, la revuelta no estaría determinada por el partido comunista: el partido comunista, que hasta entonces había desarrollado organizaciones de masas y hecho la propaganda, tomaría la dirección de la revuelta. Los partidos comunistas, por un lado, apoyaban, promovían, organizaban y dirigían las luchas de reivindicación de la clase obrera y de las otras clases de las masas populares (organizaciones sindicales) y, por el otro, hacían propaganda del socialismo y participaban en la lucha política burguesa como el más izquierdista entre los partidos que participaban en esta lucha. Sin embargo, estas dos líneas de acción eran separadas la una de la otra, es decir, no se combinaban concreta y conscientemente en una estrategia de conquista del poder paso a paso, en una relación de guerra con el enemigo de clase. No se combinaban conscientemente para hacer la vida imposible a la burguesía y luego abordar con éxito la guerra civil que la burguesía desataría. Así pues, incluso cuando y donde se llevaron a cabo de manera eficiente y produjeron efectos eversivos del orden político existente, no llegaron a fortalecer las posiciones del partido comunista como para resistir al enemigo de clase, cuando este desencadenó la guerra civil contra las fuerzas comunistas y populares.

La separación entre el apoyo a las reivindicaciones de las masas populares y la propaganda al socialismo, por lo contrario, generaba en el partido dos tendencias unilaterales, opuestas y complementarias: el economicismo y el dogmatismo. Estas dos desviaciones les impidieron entonces de producir una estrategia eficaz para la conquista del poder: aún hoy siguen sobreviviendo en los partidos m-l como principales obstáculos para el renacimiento del movimiento comunista.

 

 1.1.2. ¿Por qué, después de un primer periodo inicial de desarrollo meteórico y de grandes victorias, la primera oleada de la revolución proletaria mundial perdió el empuje y la fuerza propulsora del progreso humano que había tenido inicialmente?

 

La primera oleada de la revolución proletaria mundial perdió el empuje y la fuerza propulsora del progreso humano que había tenido antes: 1. porque el movimiento comunista no logró avanzar en los países imperialistas, es decir no logró convertir ní a uno de ellos en un país socialista; 2. porque los países socialistas, por esta razón y por razones internas, decayeron hasta que la mayoría de ellos se derrumbó o cambió de color.

En los partidos comunistas y en el movimiento comunista internacional, la izquierda (los miembros más fuertemente dedicados a la causa de la revolución) no pudo hacer frente con éxito a sus tareas: esto permitió a la derecha (los miembros más susceptibles a la influencia de la burguesía, los revisionistas modernos) la toma de la dirección de los partidos comunistas y del movimiento comunista internacional y permitió llevarlo a la ruina.

Algunos compañeros insisten en creer que los partidos comunistas sean monolíticos. Sería la única excepción conocida a la naturaleza contradictoria de la realidad, reconocida por la concepción dialéctico-materialista del mundo. De hecho, la experiencia demuestra que la burguesía ejerce su influencia en el movimiento comunista (y el movimiento comunista ejerce su influencia dentro de la burguesía y el clero). En cada partido comunista, sus miembros y sus instancias se distinguen por el diferente grado en que sufren la influencia de la burguesía, por el diferente nivel de comprensión de la realidad (contradicción entre verdadero y falso), por la diferente sensibilidad a las novedades (contradicción entre el nuevo y el viejo). La cantidad se transforma en calidad y en cada partido, de fase en fase, siempre hay una izquierda (que empuja hacia adelante) y una derecha (que frena). Normalmente, las dos alas cooperan y se complementan entre sí, como en cada movimiento o transformación. En algunas circunstancias, la contradicción entre las dos alas se convierte en antagónica: entonces, la izquierda debe expulsar a la derecha irreductible, de lo contrario el partido decaería y degeneraría. La ciencia de la lucha entre las dos líneas en el partido es una de las seis principales aportaciones del maoísmo al pensamiento comunista.

 

1.1.3. ¿Por qué los primeros países socialistas, que habían llegado a cubrir un tercio de la humanidad, después de un período inicial de grandes logros, han ido perdiendo fuerza, han decaído hasta derrumbarse o cambiar de color y, en ambos casos, han de toda manera abandonado el rol de base roja de la revolución proletaria mundial que habían jugado inicialmente? El balance analítico de los primeros países socialistas: ¿lucha entre dos líneas en el socialismo o degeneración burocrática (como afirman los trotskistas)?

 

Según algunos compañeros, el declive de los primeros países socialistas aconteció porque degeneraron en sociedades burocráticas. ¿Por qué degeneraron? ¿Qué hacer para evitarlo? No lo explican, porque su concepción es descabellada. Es una tesis errónea, que converge sustancialmente con las posiciones semi-anarquistas y anti-comunistas de los trotskistas. De hecho, ningún país socialista (como ningún partido comunista) puede prescindir durante un tiempo de una burocracia, es decir, de oficiales profesionales, distintos del resto de las masas por sus competencias profesionales, responsables de llevar a cabo las funciones de gestión y otras funciones del Estado durante el tiempo y en la medida en que las organizaciones de masas no serán capaces de realizarlas por ellas mismas. Que las masas organizadas puedan asumir estas tareas es una meta del socialismo, pero su logro llevará algún tiempo y comportará la extinción del Estado como una entidad separada del resto de la sociedad y que tiene el monopolio de la violencia, es decir, la extinción de la división de la sociedad en clases: por lo tanto, cuando se alcance ese objetivo, ya estaremos en una sociedad comunista. El establecimiento del socialismo no elimina de una vez la contradicción entre dirigentes y dirigidos, trabajo intelectual y manual, organizativo y ejecutivo, entre hombres y mujeres, adultos y jóvenes, entre la ciudad y el campo, entre sectores, regiones y países avanzados y sectores, regiones y países atrasados. Son siete principales diferencias y contradicciones que pueden y deben ser eliminadas, en cada país y en el mundo, sólo por etapas y después la instauración del socialismo, durante la transición al comunismo, durante el período socialista. Básicamente esto es lo que ya dice Marx en su Crítica del programa de Gotha (1875). La experiencia demuestra claramente que en la historia de los primeros países socialistas, el Estado socialista y las organizaciones de masas formaron los dos polos de una contradicción, y que la lucha de clases concernió a la propia línea con la que el Partido comunista trataba esta contradicción.

Algunos compañeros insisten en hacer un análisis de clases equivocado de los primeros países socialistas, un análisis en contradicción con la experiencia y estéril. Según estos compañeros, “en la nueva sociedad, durante mucho tiempo todavía hay clases: la clase obrera y los campesinos, trabajadores estrechamente relacionados entre sí, pero también hay los residuos de las clases derrocadas y expropiadas. A lo largo de este período, estos residuos, junto con los elementos que degeneran y se oponen a la construcción socialista, se esfuerzan de recuperar el poder. Por lo tanto, en una sociedad socialista seguirá habiendo lucha de clases” (Enver Hoxha, El imperialismo y la revolución, 1978, pág. 268 de la edición francesa, Tirana, 1979). La experiencia muestra un curso de los acontecimientos de tipo muy diferente. En todos los primeros países socialistas, la restauración del capitalismo ha sido promovida por una parte muy importante y destacada del partido comunista. En los primeros países socialistas el curso de los acontecimientos demostró que la burguesía, la cual promovió la restauración o la desviación hacia el capitalismo, estaba compuesta por aquella parte de los líderes del partido, el Estado y las organizaciones de masas, que por completo o por lo menos en cuestiones importantes se oponían a las posibles y necesarias medidas para superar esas siete contradicciones. Esto es bastante obvio, dada la naturaleza de la sociedad socialista y las contradicciones que animan su desarrollo, pero no fue fácil de entenderlo. El análisis de clases de la sociedad socialista es una de las seis principales aportaciones del maoísmo al pensamiento comunista. Así pues, en la sociedad socialista, la lucha no fue entre la existencia o menos de una burocracia, la cuestión sobre la cual los trotskistas y los anarquistas concentraron su atención, sino la línea seguida por el partido, que el maoísmo y la Gran Revolución Cultural Proletaria del pueblo chino han puesto al centro de la atención. A lo largo de la primera fase de la existencia de los primeros países socialistas, la burocracia, bien dirigida por el partido comunista, hizo un trabajo excelente e indispensable en favor del socialismo.

El declive de los primeros países socialistas empezó por la prevalencia de la línea de derecha en la lucha entre las dos líneas internas a los partidos comunistas que dirigían tanto el Estado (compuesto por los funcionarios, es decir por la burocracia) cuanto a las organizaciones de masas. La línea de izquierda se oponía a la de derecha, en favor de la aplicación de pasos adelante hacía la construcción del socialismo, mientras que la de derecha proponía o apoyaba soluciones burguesas a los problemas de desarrollo de la sociedad socialista. Los pasos en adelante logrados hacia la construcción del socialismo, en las relaciones de producción (propiedad de las fuerzas productivas, relaciones entre los trabajadores en el proceso de trabajo, distribución de los productos), en el resto de las relaciones sociales (política, derecho, cultura, etc.) y en las concepciones, en la conciencia de los hombres y las mujeres eran las transformaciones que alejaban a los países socialistas del capitalismo y de los modos pre-capitalistas de producción y los llevaban al comunismo. Estos pasos son enumerados en el Manifiesto Programa del (nuevo) Partido comunista italiano, cap. 1.7.4 (http://www.nuovopci.it/eile/sp/MPcast/MP_Castigliano.html).

La línea de izquierda prevaleció durante una primera fase: para la Unión Soviética, a partir de la Revolución de Octubre hasta la prevalencia de los revisionistas en 1956; para las democracias populares de la Europa del este y central, de 1945 a 1956; para la República Popular de China, a partir de 1950 hasta 1976. A la primera fase siguió una segunda, caracterizada por la conquista de las direcciones de los partidos por parte de los revisionistas y por sus intentos de restablecer el capitalismo gradual y pacíficamente (para la URSS y las democracias populares de la Europa del este y central, desde 1956 hasta finales de los ‘80; para la República Popular de China, desde 1976 hasta el presente). Una tercera fase, empezada en la URSS y las democracias populares de la Europa del este en el final de los años ‘80 y todavía en curso, es marcada por la voluntad de restaurar el capitalismo a cualquier precio, y luego por una confrontación violenta y destructiva entre las clases.

 

1.2. Crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno. ¿Por qué los revisionistas modernos lograron tomar la dirección del movimiento comunista y desviarlo?

 

Los revisionistas modernos lograron tomar la dirección del movimiento comunista porque la izquierda de los partidos comunistas tenía una comprensión insuficiente de las condiciones, formas y resultados de la lucha de clases. Los partidos actuaron a ciegas. La izquierda no tenía una comprensión científica de las crisis generales del capitalismo propias de la época de su decadencia, la época imperialista (crisis general de sobre-producción absoluta de capital), y seguía razonando sobre la base de lo que Marx había dicho sobre las crisis cíclicas de la primera mitad del siglo XIX (El Capital, vol. 1), aunque ya Engels, en el prefacio de la edición inglés del 1886 de aquel volumen del Capital, había indicado que esas crisis cíclicas decenales habían sido suplantadas por una larga depresión. La izquierda no tenía un conocimiento científico de la estrategia para la conquista del poder en los países imperialistas (la guerra popular revolucionaria de larga duración). La izquierda no tenía una comprensión adecuada del régimen político de los países imperialistas (régimen de contrarrevolución preventiva). La izquierda hacía un análisis erróneo de la composición de clases y de la lucha de clases en los países socialistas.

En la fase anterior a la Segunda Guerra Mundial, los partidos comunistas de los países imperialistas actuaron a ciegas y constantemente oscilaron entre la confrontación sectaria y la conciliación oportunista, entre el sectarismo dogmático y la colaboración sin principios, entre lucha sin unidad y unidad sin lucha. En general, dieron una interpretación de derecha (“todo a través del frente”) de la línea del Frente Popular Antifascista, elaborada por la Internacional Comunista.

A partir del final de la Segunda Guerra Mundial, la izquierda no supo proporcionar soluciones adecuadas a los problemas que la situación ponía al orden del día.

El ala de derecha del movimiento comunista (los revisionistas modernos) tuvo buen juego, facilitado por la fuerza de la tradición y el apoyo de las fuerzas reaccionarias, en imponer una línea reformista, en la cual el partido comunista actuaba como el ala de izquierda de una coalición política dirigida por el ala de izquierda de la burguesía imperialista y la clase trabajadora renunciaba en tomar el poder.

Después que los revisionistas modernos habían tomado la dirección, la izquierda se opuso a los revisionistas, tanto dentro como fuera de los partidos comunistas, de una manera dogmática, sin una comprensión adecuada de la razón de su derrota por mano de los revisionistas modernos, es decir, de la razón por la cual los revisionistas habían obtenido la ventaja sobre la izquierda y habían tomado la dirección del movimiento comunista. La izquierda se limitó en levantar la bandera de la restauración de los principios marxistas-leninistas que los revisionistas modernos repudiaban y en denunciar la traición a la causa de la revolución socialista por parte de los revisionistas modernos: desvió hacía el dogmatismo. Esta posición de la izquierda destruye la confianza en nuestra causa y paraliza nuestra unidad revolucionaria: nada ni nadie puede garantizar que un dirigente, tarde o temprano, no traicionará, nada puede evitar que la burguesía ejerce una cierta influencia en nuestras filas. La izquierda llegó en adoptar una concepción individualista del mundo o incluso clerical, de toda manera no marxista, no dialéctico-materialista. La historia no la hacen los individuos. Estos, según el caso, pueden traicionar o dedicarse heroicamente a la causa. Quien hoy es un héroe, mañana puede convertirse en un traidor y viceversa. Las personas cambian, para bien o para mal. Los partidos cambian: progresan o regresan. La historia la hacen las masas, dirigidas por el partido comunista. La eficacia de la dirección del partido depende de la concepción que lo guía y la línea que actúa. Es la lucha dentro del partido que impide que la influencia de la burguesía se fortalezca más allá de ciertos límites, que hace avanzar la concepción del mundo y la línea del partido, que desarrolla el carácter revolucionario del partido y su vinculación con las masas.

Faltaron a la izquierda algunas aportaciones fundamentales del maoísmo, como el conocimiento científico de 1. la línea de masas en cuanto método principal de dirección y trabajo de los partidos comunistas, 2. la lucha entre dos líneas en los partidos comunistas, 3. la transformación intelectual y moral, que deben actuar los miembros del partido comunista, 4. la naturaleza de las clases en los países socialistas, así como 5. la estrategia de la guerra popular revolucionaria de larga duración: aportaciones que aún faltan a las organizaciones que no toman el marxismo-leninismo-maoísmo como tercera y superior etapa del pensamiento comunista y a las organizaciones que lo asumen de una manera dogmática, abstracta y formal (como por ejemplo, en Italia, Proletarios Comunistas, a pesar que también se llamen Partido Comunista Maoísta).

 

1.3. El renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM

 

El balance de la primera oleada de la revolución proletaria y la definición de la estrategia que los partidos comunistas tienen que seguir para promover y dirigir con éxito la segunda oleada de la revolución proletaria puede resumirse en la concepción del mundo que llamamos marxismo-leninismo-maoísmo. Las principales aportaciones de Mao a esta concepción son los seis puntos contenidos en el artículo Sobre el octavo factor discriminante (2012): 1. la guerra popular revolucionaria de larga duración como estrategia universal de la revolución proletaria, que se aplicará, sin embargo, según las condiciones particulares de cada país; 2. la revolución de nueva democracia como estrategia particular para los países semi-feudales oprimidos en el sistema imperialista mundial; 3. la lucha de clases en la sociedad socialista, basada en las siete principales contradicciones que la sociedad socialista tiene que enfrentar; 4. la línea de masas como el principal método de trabajo y dirección del Partido comunista; 5. la lucha entre las dos líneas en el partido comunista como principio para el desarrollo del partido y su defensa de la burguesía; 6. la reforma intelectual y moral de los miembros del partido comunista.

1. La guerra popular revolucionaria de larga duración

La guerra popular revolucionaria de larga duración es la estrategia que tenemos que seguir nosotros, los comunistas de los países imperialistas, para llevar a la clase obrera a establecer la dictadura del proletariado, para comenzar la fase socialista de transformación de la sociedad y contribuir a la segunda oleada de la revolución proletaria mundial.

2. Las revoluciones de nueva democracia

Las revoluciones de nueva democracia son la estrategia de los comunistas en los países neo-coloniales oprimidos por el imperialismo, donde aún no se ha llevado a cabo en lo esencial la revolución burguesa (la abolición de las relaciones de dependencia personal y el predominio de la producción mercantil).

3. La lucha de clases en la sociedad socialista

En la sociedad socialista, la burguesía se compone de los dirigentes del partido, del Estado y de otras instituciones sociales que patrocinan el camino hacia el capitalismo.

4. La línea de masas

La línea de masas es el principal método de trabajo y dirección de cada partido comunista. Combina en unidad dialéctica la autonomía del partido de las masas y su vínculo con ellas. Consiste en el recoger los elementos de conocimiento dispersos y confusos que existen entre las masas y sus aspiraciones, y de ellos derivar objetivos, líneas, métodos y criterios y llevarlos a las masas otra vez, para que los hagan suyos y los pongan en práctica. Repitiendo el proceso una y otra vez, cada vez las concepciones de los comunistas se vuelven más ricas y más concretas y el proceso revolucionario se encamina a la victoria. Considerada desde otra perspectiva, la línea de masas consiste en identificar, en cada grupo, la izquierda (es decir, la parte cuyas tensiones, en caso de actuarse, llevarán al grupo a confluir en el álveo de la revolución socialista), el centro y la derecha y en movilizar y organizar la izquierda, porque agregue a sí misma el centro y consiga aislar a la derecha.

5. La lucha entre las dos líneas en el partido 

La lucha entre las dos líneas en el partido es el principio para el desarrollo del partido comunista y para su defensa de la influencia de la burguesía. El principio corresponde a la ley del materialismo dialéctico, por la cual la contradicción está en todas las cosas y rige su desarrollo. El desarrollo del partido comunista es regido por la contradicción entre avanzado y atrasado, entre nuevo y viejo, entre verdadero y falso, y por la contradicción entre los intereses de la clase obrera y la influencia de la burguesía en el partido comunista. La lucha entre las dos líneas, por lo tanto, no es solo debate para la búsqueda del camino correcto, sino también un reflejo de la guerra entre las clases dentro del partido. En este aspecto puede llegar a ser antagónica.

Pensar que el partido sea impermeable a la influencia de la burguesía, o que tal influencia pueda ser resuelta principalmente, o incluso exclusivamente con medidas organizativas, tales como los instrumentos de control interno (Comisión de Control, etc.) y de cierre hacia el externo (normas de reclutamiento, etc.), pensar, es decir, que el partido sea una entidad no inherentemente contradictoria, es erróneo y en la experiencia histórica no ha contribuido a preservar los partidos comunistas de la degeneración: de hecho, ha facilitado la influencia de la burguesía en partidos que se pensaban ellos mismos inmunes de la influencia de la burguesía.

6. La reforma intelectual y moral de los miembros del partido comunista

El partido comunista no es sólo el sujeto de la revolución socialista, es también su objeto. La revolución socialista y la transición al comunismo implican una transformación intelectual y moral de los hombres y las mujeres que las masas populares no pueden conseguir en masa hasta que son oprimidas por la burguesía y otras clases explotadoras. Ellas la lograrán en la fase socialista de su historia, sobre la base de su experiencia después de la instauración del socialismo. Esta transformación intelectual y moral hará los hombres y las mujeres capaces de gestionar y dirigir su vida social con ciencia y conciencia, para hacer su propia historia conscientemente, sin necesidad de clases dominantes, Estado y partido comunista. Será la “asociación en la que el libre desarrollo de cada uno es la condición del libre desatollo de todos” que Marx y Engels anunciaron a finales del cap. 2 de El Manifiesto del partido comunista (1848). Los miembros del partido comunista realizan ya hoy, en la escuela del partido, por libre decisión individual, una transformación de su concepción del mundo, su mentalidad y en cierta medida también de su personalidad que les permite desempeñar el papel de vanguardia del resto de las masas populares, de formadores, educadores, organizadores y dirigentes de las masas populares.

 

Algunos compañeros objetan al maoísmo la “teoría de los tres mundos”. La teoría de los tres mundos es ciertamente una teoría no marxista, que tuvo un rol nefasto en la historia del movimiento comunista y sirvió a la derecha del Partido comunista chino para empujar su programa de introducción del capitalismo en China (las “cuatro modernizaciones”, entre otras) y hacer de China una potencia imperialista. Por lo que se sabe, fue enunciada por primera vez en público en abril de 1974, en la Sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre las materias primas y el desarrollo, por Teng Hsiao-ping, declarado líder máximo de la derecha del Partido comunista chino, rehabilitado en abril de 1973 y de nuevo alejado de todos los cargos en el partido y en el estado en abril de 1976.

Es dudoso que esta teoría haya sido formulada por Mao Tse-tung: ni Enver Hoxha se ha atrevido a decirlo, aunque reprochara a Mao esta teoría. Sin embargo, aún si hubiese sido formulada por Mao, esta teoría burguesa no afectaría la aportación positiva y esencial que el maoísmo dio al pensamiento comunista, al cual esta teoría es completamente ajena. Afirmar que el marxismo-leninismo-maoísmo es la tercera etapa superior del pensamiento comunista, no implica asumir que Mao, Lenin o Marx no hayan cometido errores, nunca hayan expuesto teorías equivocadas o declarar que estos grandes líderes del movimiento comunista eran infalibles. Sería una concepción totalmente ajena al materialismo dialéctico. Las principales aportaciones del maoísmo al pensamiento comunista son los seis puntos ilustrados claramente en el artículo citado sobre el octavo factor discriminante (2012). Son indispensables para el renacimiento del movimiento comunista.

 

1.4 Las perspectivas de organización del Movimiento Comunista Internacional: ¿por qué el renacimiento del movimiento comunista procede tan lentamente?

 

El movimiento comunista todavía no ha adoptado la idea que la revolución no estalla, sino que se construye, como ya expuesto por Engels en 1895, en la Introducción a la lucha de clases en Francia de 1848 a 1850. Tanto en los tiempos de la Segunda Internacional cuanto de la primera Internacional Comunista, la mayoría de los partidos, esperando que la revolución estallara, han principalmente promovido actividades en apoyo a las luchas de reivindicación o principalmente hecho propaganda del socialismo. De ahí surgieron las dos tendencias equivocadas que aún persisten como principales elementos de freno del renacimiento del movimiento comunista, es decir el economicismo y el dogmatismo.

Nosotros compartimos la opinión expresada por Federico Engels, según la cual la revolución socialista no puede consistir en una revuelta popular que estalla por una combinación de circunstancias, y en el curso de la cual el partido más avanzado asume el poder. Como decimos en varias partes de este documento, la revolución socialista consiste en una guerra popular revolucionaria de larga duración llevada a cabo por el partido comunista, una campaña tras la otra, durante la cual el partido comunista se fortalece y se consolida, recoge y forma las fuerzas revolucionarias, organizando los elementos avanzados de la clase obrera y otras clases de las masas populares, más allá de sus filas, en las organizaciones de masas que se agregan alrededor del partido (frente revolucionario) y construye, amplía y refuerza, paso a paso, una nueva dirección sobre amplias masas populares, un nuevo poder que se opone a lo de la burguesía y lo aprieta de manera creciente en un tornillo de banco hasta suplantarlo (por regla general, a través de una guerra civil que la burguesía desencadena cuando se encuentra acorralada), hacerse cargo de todo el país y establecer el socialismo. Esta estrategia de la revolución socialista está confirmada por el balance de la experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria en los países imperialistas.

Las perspectivas de organización del Movimiento Comunista Internacional están estrechamente ligadas al renacimiento del movimiento comunista. Este acontecerá sin duda con la superación gradual en nuestra filas del dogmatismo y economicismo, que impiden que en cada país el movimiento comunista cumpla el rol que sólo él es capaz de llevar a cabo en la tormenta de la fase terminal de la segunda crisis general, en la cual, en cada país, las masas están involucradas. La lucha para superar dogmatismo y economicismo en el Movimiento Comunista Internacional también es la lucha por su reorganización. Los esfuerzos para reorganizar el Movimiento Comunista Internacional y sin embargo promover su renacimiento son estériles si se hacen con medidas e iniciativas principal o exclusivamente organizativas. El debate que queremos conducir es un componente de la lucha para reorganizar el Movimiento Comunista Internacional y fundar la segunda Internacional Comunista. 

 

2.

La teoría de la (primera y segunda) crisis general del capitalismo en la época imperialista y de la consecuente situación revolucionaria en desarrollo

 

La más reciente e más sintética disertación sobre la crisis general en curso que tenemos a disposición es el siguiente artículo de Nicola P., miembro de la redacción de la revista La Voce del (n)PCI, por la International Newsletter de la International Conference of Marxist Leninist Parties and Organizations. En el artículo se retoman muchos temas expuestos en este documento referidos al fenómeno de la crisis general.

La globalización de la producción de mercancías y de la actividad financiera es un efecto de la crisis general. Cada crisis general ha producido un paso adelante en la globalización, y una mayor unidad política y cultural del mundo también, las guerras mundiales, etc. La sobreproducción absoluta de capital ha desencadenado a los capitalistas a agitarse como bestias rapaces buscando cada uno hacer de todo el mundo el proprio terreno de cacería y territorio de saqueo y robo. Es el modo en el que se afirma la unidad de la especie humana en el ámbito de las relaciones de producción capitalistas. Este es un presupuesto de la sociedad comunista del cual el movimiento comunista debe guiar la construcción. Esto implica el carácter internacional de la revolución socialista, que sin embargo queda como nacional en la forma. La revolución proletaria es internacional por su contenido: el comunismo puede afirmarse solamente como conquista de toda la humanidad. Pero la revolución socialista es la combinación de la conquista del poder en cada uno de los países por parte del proletariado guiado por la propia vanguardia organizada y de la puesta en marcha de la transición socialista en cada país.

La interpretación de la naturaleza de la crisis en curso decide de la actividad de los partidos comunistas

Articulo de Nicola P.

Es muy importante, más bien es indispensable que nosotros los comunistas comprendamos justamente la naturaleza de la crisis en curso. En la 11° Tesis sobre Feuerbach (1845) Marx afirma: “Los filósofos han dado solamente diversas interpretaciones del mundo. Ahora se trata de trasformarlo”. Pero en el Manifiesto del partido comunista (1848) Marx dice que los comunistas se distinguen de los otros proletarios porque tienen una concepción más avanzada de las condiciones, formas y resultados de la lucha entre las clases y sobre esta base la impulsan siempre adelante. La interpretación del mundo no es el objetivo de notros los comunistas. Nuestro objetivo es la transformación del mundo. Pero los seres humanos tienen la necesidad de representarse a si mismos, de tener una concepción de aquello que hacen. La revolución socialista no es un hecho instintivo. Como Lenin ha enseñado con fuerza (¿Qué hacer?), la teoría que guía al movimiento comunista no surge, de hecho, espontáneamente de la experiencia. La deben elaborar los comunistas que para este fin deben usar los instrumentos de conocimiento más refinados de los cuales la humanidad dispone. Los comunistas la llevan a la clase obrera que, para la posición que ocupa en la sociedad capitalista, está particularmente predispuesta a asimilarla y a asumirla como guía de su acción. El movimiento comunista práctico puede crecer más allá del nivel elemental solamente si es guiado por una teoría revolucionaria. Nuestra acción para transformar el mundo, con equidad de otras condiciones, es tan eficaz cuanto más justa y avanzada es nuestra interpretación del mundo. Solamente con una concepción bastante justa de la naturaleza de la crisis en la que estamos involucrados, podremos hacer la revolución socialista y la segunda oleada de la revolución proletaria llevará a la humanidad a superar definitivamente el capitalismo, a instaurar el socialismo en todo el mundo en el camino hacia el comunismo.

La interpretación que damos del mundo tiene una gran importancia a los fines políticos, influencia nuestra actividad política, la hace más o menos eficaz. Es entonces necesario que nosotros los comunistas dediquemos el tiempo y la atención necesaria para verificar y mejorar nuestra comprensión de la crisis en curso.

Hasta ahora muchos comunistas interpretan la crisis actual trasponiendo en el presente la interpretación que Marx ha dado de las crisis de los países capitalistas en la primera parte del siglo XIX, como si la crisis actual fuera de la misma naturaleza de las crisis cíclicas decenales descritas por Marx, como si fuera una crisis como aquellas, solamente que ahora es en escala mundial. Este comportamiento es una de las manifestaciones del dogmatismo que hace estrago todavía en el movimiento comunista y hace estéril tanta parte de su actividad e inútil su acción. Las crisis cíclicas descritas por Marx en el primer libro de El capital se han terminado. Ya en 1886 en el prefacio a la edición inglés del primer libro de El capital, Engels indicó que la última de las crisis cíclicas del capitalismo, la última de las crisis de la misma naturaleza de aquellas descritas por Marx, se había tenido en el 1867 y que desde el 1873 los países capitalistas, en cambio, habían entrado en una depresión larga y dolorosa de la cual en 1886 no se veía todavía el final.

Las crisis cíclicas pertenecen a la época pre-imperialista del capitalismo, la época en la que las relaciones económicas eran caracterizadas por la libre competencia entre muchos capitalistas. Eran crisis económicas. Estas eran determinadas por la marcha anárquica de los negocios y la solución de aquellas crisis venía del mismo movimiento económico de la sociedad capitalista. La caída de los negocios creaba también las condiciones de la reanudación de los negocios. No es un caso que la crisis hayan sido cíclicas, con una cadencia de una década aproximadamente. Con el ingreso en la fase imperialista, por un lado, las sociedades capitalistas se han provisto a gran escala de ordenamientos y de organismos que atenúan la amplitud de las oscilaciones cíclicas de los negocios: las Formas Antitéticas de la Unidad Social, que Marx había descrito en los Grundrisse (1858). Por otro lado, han comenzado las crisis generales del capitalismo. Estas son crisis que tienen su base en la sobreproducción absoluta del capital. En que consiste ésta, Marx lo explica en el cap. 15 del 3° libro de El Capital: los capitalistas han acumulado demasiado capital y en el contexto político existente no pueden continuar más en acumularlo y valorizarlo todo produciendo mercancías. El contexto político y social existente debe ser descompuesto y sostituído por otro. Es solamente por esta descomposición política y cultural que viene la solución de la crisis general. La solución no viene ni por el movimiento anárquico de los negocios, ni por las medidas económicas tomada por los gobiernos y por las instituciones sociales. Entonces la crisis económica se vuelve en crisis política y cultural.

La larga depresión de la que hablaba Engels en el prólogo del 1886 llevó a las mayores potencias a repartirse el mundo entero entre ellas e introdujo al mundo en la fase imperialista del capitalismo: la época en la que las relaciones económicas están caracterizadas no más por la libre competencia entre muchos capitalistas, sino por el predominio de los monopolios en el campo de la producción de mercancías y por el predominio del capital financiero sobre el capital utilizado en la producción de mercancías. La época en la que el capitalismo ha agotado su rol civilizador y se ha convertido en parasitario, la burguesía en los países capitalistas se ha políticamente aliada y está combinada con las fuerzas feudales residuas (en particular en Europa con la Iglesia Católica) y en campo político y cultural se ha convertido en antidemocrática, reaccionaria, militarista y represiva, en las colonias se ha combinado con las fuerzas feudales y ha dividido al mundo en países imperialistas y en países oprimidos.

La primera verdadera y propia crisis general de la época imperialista tuvo lugar en la primera mitad del siglo pasado. Esta llevó a la humanidad a las dos guerras mundiales y creó la larga situación revolucionaria que cubre toda la primera parte del siglo pasado. En todo el mundo fue un período de inestabilidad de los regímenes políticos. En su ámbito se desarrolló la primera oleada de la revolución proletaria mundial que creó los primeros países socialistas y extendió el movimiento comunista en todo el mundo.

Uno de los principales motivos por los que el movimiento comunista no alcanzó, sin embargo, a instaurar el socialismo en los países imperialistas y a poner, entonces, definitivamente fin al capitalismo, consiste justamente en la inadecuada comprensión por parte de los partidos comunistas de los países imperialistas de la naturaleza de la crisis general en curso y de sus bases económicas. No obstante los descubrimientos y las enseñanzas de Lenin y Stalin, sustancialmente en los países imperialistas los partidos de la Internacional Comunista se quedaron anclados a la interpretación que Marx había dado de las crisis económicas cíclicas que los países capitalistas habían atravesado en la primera parte del siglo XIX. Todos los análisis de E.S. Varga, el mayor economista de la IC, se quedan en ese ámbito. Describen las oscilaciones del movimiento económico, no el fenómeno general de largo período y mucho menos la crisis política y cultural que se deriva y por la que viene la solución de la crisis general. Los partidos comunistas de los países imperialistas no alcanzaron entonces a cumplir su obra, no obstante su gran desarrollo, el heroísmo de millones de sus miembros y su histórico empeño en la lucha victoriosa contra el fascismo. La burguesía imperialista alcanzó en mantener la dirección de los países imperialistas. Gracias a los trastornos producidos por las dos guerras mundiales y por las conexiones de movimientos sociales, políticos y culturales, ésta pudo restablecer por algunos decenios (1945-1975) la acumulación del capital y desarrollar nuevamente en gran escala la producción de mercancías. En cambio, el impulso propulsor puntado al progreso de la humanidad de la primera oleada de la revolución proletaria se atenuó hasta casi apagarse. El revisionismo moderno tomó la dirección del movimiento comunista, lo corroyó y disgregó en gran escala, hizo retroceder a los primeros países socialistas, les llevó a remedar a los países imperialistas y a depender de éstos, hasta colapsar. La lucha que los comunistas guiados por Mao a la cabeza del Partido comunista chino opusieron al revisionismo moderno y a su obra destructora no ha valido a frenar el declino del movimiento comunista, pero, en particular gracias a la Grande Revolución Cultural Proletaria, ha dado grandes enseñanzas a todos los comunistas capaces de recogerlas. Gracias a ellos el movimiento comunista esta renaciendo en todo el mundo, luchando contra el dogmatismo y el economicismo que todavía frenan su impulso y su renacimiento.

El mundo capitalista ha entrado en su segunda crisis general a partir de los años ’70 del siglo pasado. El capitalismo no podía huir a la sobreproducción absoluta de capital: ese es el límite del desarrollo, el límite intrínseco al capitalismo mismo. El capitalismo va inevitablemente a chocar contra este límite. Fueron suficiente los 30 años sucesivos a la segunda guerra mundial para que la burguesía se encontrara nuevamente, pero en las condiciones en parte nuevas creadas por la primera oleada de la revolución proletaria y por su declino, a tener acumulado demasiado capital y a no poder continuar más, en el contexto político y social creado durante la primera crisis general, en acumularlo y valorizarlo todo produciendo mercancías. La inclusión en el sistema imperialista mundial de gran parte de los primeros países socialistas, en particular de la China y de la Rusia, en parte ha cambiado la situación pero no ha modificado sustancialmente el curso de las cosas. La crisis ambiental por primera vez se ha sumado a la crisis general del capitalismo y las dos crisis juntas determinan las condiciones objetivas en las que se desarrolla el renacimiento del movimiento comunista y en todo el mundo avanza la segunda oleada de la revolución proletaria. Esta continuará avanzando, porque la especie humana es una especia dotada de inteligencia. En el curso de su plurimilenaria evolución de un estado análogo a el de otras especies animales hasta el estado actual, ha sabido resolver todos los problemas de la propia sobrevivencia. Hoy tiene ya los instrumentos materiales, morales e intelectuales sea para superar el capitalismo e instaurar el socialismo, sea para poner fin a la devastación producida por el capitalismo y mejorar decididamente las condiciones naturales del planeta. El marxismo-leninismo-maoísmo es la concepción revolucionaria del mundo que guía el renacer del movimiento comunista. Solamente gracias a esta concepción, los partidos comunistas podrán transformarse y crecer hasta estar a la altura de las tareas que deben desarrollar.

Para formar partidos comunistas adecuados a las tareas gloriosas de la fase, una justa y adecuada comprensión de la naturaleza y de las causas de la nueva crisis general y de las condiciones de su solución es indispensable, así como es indispensable un justo balance de la experiencia de los casi 160 años de historia del movimiento comunista y en particular de la experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria y de los primeros países socialistas. Este es el marxismo-leninismo-maoísmo. Es por esto que la lucha por su afirmación es el aspecto principal del internacionalismo proletario. La ayuda principal que cada partido comunista puede dar a los otros, es contribuir a la comprensión, asimilación y aplicación de la teoría justa de la crisis general y del balance justo del movimiento comunista, con el fin que cada partido saque las justas conclusiones para construir la revolución socialista en el proprio país teniendo en cuenta sus características particulares y contribuir así a la tarea común de la revolución proletaria mundial.

Una de las conclusiones universales más importantes es que la revolución socialista por su naturaleza no es una revuelta popular que estalla y de la que el partido comunista, que se ha preparado bien al evento, aprovecha para tomar el poder e instaurar el socialismo. La revolución socialista no es un evento que estalla, determinado por las peores condiciones económicas y sociales, por el sufrimiento al que la burguesía imperialista somete a la población, por la propaganda de los partidos comunistas y por la organización de las masas populares. Los comunistas que esperan que la revolución socialista estalle, se quedarán desilusionados muchas veces, hoy como lo han estado en el pasado. Algunos llegarán hasta a conclusiones reaccionarias: atribuirán al atraso y a la cobardía de las masas populares, a la naturaleza de las clases oprimidas lo que es principalmente el efecto del atraso de los partidos comunistas. Ya en el 1895, en la introducción a Lucha de clases en Francia del 1848 al 1850, Engels había indicado que, a diferencia de las revoluciones burguesas, la revolución socialista por su naturaleza no estalla, sino que debe ser construida por el Partido comunista. Como Lenin y Stalin (Principios del leninismo) han enseñado, con la construcción de las grandes organizaciones de masa de la clase obrera y de las otras clases de las masas populares, la II Internacional (1889-1914) había contribuido a la construcción de la revolución socialista. Pero la mayor parte de los partidos que la componían no estaban guiados por una justa concepción del mundo, en particular de la crisis general del capitalismo, de la situación revolucionaria de largo período que la crisis general produce y de la naturaleza de la revolución socialista. Se esperaban que la revolución socialista estallara en lugar de construirla fase tras fase, campaña tras campaña, como una guerra popular revolucionaria que desemboca en cada país en la instauración del socialismo y entonces en la combinación con los otros países, en la revolución proletaria mundial. En cambio, asumían como su deber único o de todas maneras principal la movilización de las masas populares en las luchas reivindicativas, su organización cultural y su participación en la lucha política burguesa, convencidos de prepararse así a “tomar la ocasión” de la revolución que estallaría. En los países imperialistas los partidos de la Internacional Comunista (1919-1943, pero, de hecho, disuelta en 1956) han corrido de nuevo, a un nivel superior de organización y de vínculo internacional, el mismo camino. Muchos partidos comunistas, en particular de los países imperialistas, están hasta ahora sustancialmente detenidos en esta concepción de los propios deberes, que justo la experiencia de la primera oleada de la revolución proletaria ha demostrado ser inadecuada. El economicismo y el dogmatismo son los frenos principales al renacer del movimiento comunista. Lo que los jefes no entienden, las masas populares, especialmente los obreros avanzados, a su manera lo sienten: de hecho, no se adhieren a los esfuerzos de los nuevos partidos dogmáticos y economicistas (aunque si estos partidos con toda sinceridad se declaran revolucionarios, marxistas-leninistas y hasta maoístas) a recorrer la vía que la experiencia ha ya mostrado ser un fracaso.

En el 2008, con la crisis financiera iniciada en los EE.UU., la segunda crisis general ha entrado en su fase terminal. Hasta en los más ricos países imperialistas (en los EE.UU. y en la UE) un número creciente de trabajadores, millones y millones, se han volcado a las calles y se suman a la enorme masa, cientos de millones, de trabajadores de países oprimidos contra quienes desde hace decenios la burguesía imperialista esta conduciendo en cada ángulo del mundo en gran escala una guerra de exterminio no declarada. Los Estados imperialistas no se pueden permitir de dilatar al infinito los subsidios de desocupación y los otros amortizadores sociales porque su déficit en el balance, los préstamos a los que recurren y sus deudas descomponen posteriormente el sistema monetario y financiero cuya inestabilidad y desmoronamientos ellos deberían arreglar, porque un sistema monetario y financiero estable es la condición y el soporte de todo su mundo. Entonces la fase terminal no puede mantenerse por largo tiempo.

A causa de la naturaleza de la crisis actual, esta no admite salidas hechas solamente de medidas económicas. No basta que los Estados creen condiciones que hagan ver a los capitalistas mayores beneficios en la producción de mercancías más bien que en la especulación financiera: es la solución apoyada por la derecha burguesa moderada. Tampoco es suficiente que los Estados distribuyen a las clases ingresos monetarios que seguramente van a gastar para el consumo: es la solución sostenida por la izquierda burguesa y por aquellos comunistas que piensan que la crisis actual sea de la misma naturaleza que las crisis cíclicas del siglo XIX y que entonces evidentemente, contra toda evidencia, piensan que la crisis general de la primera parte del siglo pasado se ha resuelto gracias a las políticas keynesianas de los Estados burgueses.

De la crisis actual se sale solamente con un cambio total político y cultural, creando un contexto social diverso. En sustancia en el inmediato son posibles dos y solamente dos salidas en cada país y a nivel internacional.

O la movilización revolucionaria de las masas dirigidas por los partidos comunistas a la altura de sus deberes; es decir, los partidos que se atreven a pensar que la revolución socialista es posible y que ellos entienden que es el rol de los comunistas construirla campaña tras campaña, como una guerra popular revolucionaria de larga duración hasta la instauración del socialismo.

O la movilización reaccionaria de las masas populares. De hecho la burguesía imperialista y las otras clases reaccionarias están a la búsqueda de una salida a la situación actual, tienen esta necesidad y además tienen esta salida, si no las bloqueamos a tiempo. En definitiva para los grupos burgueses decididos a bloquear la movilización revolucionaria y a impedir la desaparición de su mundo, la única vía realista y practicable de salida de la crisis es movilizar aquella parte de las masas populares que alcanzan a movilizarse bajo la propia dirección para lanzarla contra el resto de las masas populares y arrastrar todo al saqueo del resto del mundo: la guerra imperialista. Esta sería la continuación con otro medios de la política que ellos conducen ya hoy. La crisis ambiental y la crisis general del capitalismo se combinan y dan a los grupos burgueses que tienen perspectiva de visión, que son más determinados, más aventurosos y más criminales, adecuadas excusas para movilizar masas contra masas, países contra países, coaliciones contra coaliciones.

La interpretación que damos a la crisis es entonces un factor decisivo. El (n)PCI (nuevo Partido comunista italiano) llama a los comunistas de todo el mundo, pero en particular a aquellos de los países imperialistas, a unirse en una justa concepción de la crisis en curso y de nuestras tareas.

 

3.

El régimen de contrarrevolución preventiva instaurado por la burguesía en los países imperialistas

 

El régimen de contrarrevolución preventiva es el sistema de relaciones sociales trámite el cual la burguesía mantiene todavía hoy el proprio dominio en nuestro país y en los otros países imperialistas. Este ha sido creado por primera vez por la burguesía imperialista de EE.UU. al inicio del siglo pasado para hacer frente al movimiento comunista en los EE.UU. y ha tenido éxito a causa de los límites del movimiento comunista estadounidense e internacional. Luego de la segunda Guerra Mundial la burguesía lo ha extendido a todos los países imperialistas como medio para ayudar a la derecha del movimiento comunista, los revisionistas modernos a conquistar y a mantener la dirección del movimiento comunista y aprovechando de la renuncia del movimiento comunista a instaurar el socialismo. La burguesía mantiene en vida este régimen hasta cuando es eficaz, es decir, hasta cuando alcanza a impedir el crecimiento de la conciencia y la organización de las masas populares más allá de los límites compatibles con su dominio. Cuando no lo es más, la burguesía recorre a la movilización reaccionaria de las masas populares, es decir al fascismo, al terror, a la guerra civil y a la guerra. El agravarse de la segunda crisis general, el inicio de la fase terminal de la segunda crisis general del capitalismo y el declino de la hegemonía mundial de los EE.UU. y de las potencias imperialistas europeas están destruyendo lo regímenes de contrarrevolución preventiva. Pero queda el hecho que el poder de la burguesía en los países imperialistas en definitiva se basa principalmente sobre su hegemonía más que sobre la represión y sobre las armas y que nadie consigue gobernar establemente estos países si los trabajadores de las empresas capitalistas se oponen activamente a su poder. Entonces los partidos comunistas de los países imperialistas, en la construcción de la revolución socialista, es decir, en el promover y dirigir la guerra popular revolucionaria que instaurará el socialismo, deben apalancar sea sobre la existencia del régimen de contrarrevolución preventiva sea sobre su disolución en curso: en síntesis sobre la lucha en curso entre movilización revolucionaria de las masas populares y movilización reaccionaria de las masas populares. No está todavía decidido cual de las dos prevalecerá. Si debería prevalecer la movilización reaccionaria, las condiciones objetivas de nuestra lucha cambiarían radicalmente y nosotros deberíamos replantear nuestro trabajo. La tesis según la cual en los países imperialistas la burguesía haya instaurado ya un régimen de “fascismo moderno” es una teoría desarrollada por la izquierda burguesa (esta efectivamente ya ha sido dejada de lado y expulsa del poder, ya ha sido derrotada) y adoptada por algunos grupos y organizaciones comunistas (en Italia por Proletarios Comunistas). Es una tesis que paraliza la actividad revolucionaria.

Los partidos comunistas de los países imperialistas deben entonces comprender la naturaleza y el origen de los regímenes de contrarrevolución preventiva, sea para hacer un justo balance de la experiencia pasada (porque no hemos instaurado el socialismo ni siquiera en uno de los paises imperialista) sea para orientar justamente su acción hoy.

¿Cuales son los tratos universales de los regímenes de contrarrevolución preventiva?

En la contrarrevolución preventiva la burguesía combina cinco líneas de intervención (cinco pilares que conjuntamente sostienen cada régimen de contrarrevolución preventiva).

1. Mantener el atraso político y, más en general, cultural de las masas populares. Para ese fin, difundir activamente entre las masas una cultura de evasión de la realidad; promover teorías, movimientos y ocupaciones que distraen la atención, el interés y la actividad de las masas populares de los antagonismos de clases y la concentran sobre futilidades (diversión); hacer confusión e intoxicación con teorías reaccionarias y noticias falsas. En fin, impedir el crecimiento de la consciencia política con un adecuado articulado sistema de operaciones culturales. En ese campo, la burguesía revaluó y recuperó el rol de las religiones y de las iglesias, en primer lugar el de la Iglesia Católica, pero no podía limitarse a ellas, porque una parte de las masas inevitablemente se salvaba de su presa.

2. Satisfacer los requerimientos de mejoramientos que las masas populares avanzan con más fuerza; dar a cada uno la esperanza de poder vivir una vida digna y alimentar esa esperanza con algún resultado práctico; poner cada trabajador en una red de vínculos financieros (mutuos, cuotas, hipotecas, recibos, impuestos, alquileres, etc.) que lo ponen en cada momento a riesgo de perder individualmente todo o por lo menos mucho de su estatus social si no logra respectar todos esos vencimientos. Si en las luchas reivindicativas contra la burguesía las masas populares conquistaban tiempo y dinero, la burguesía tenía que dirigirlas a usarlos para la satisfacción de sus “necesidades animales”: tenía por lo tanto que multiplicar, y de hecho ha multiplicado, los medios y las formas de satisfacción de estos de manera tal que agoten el tiempo y el dinero al alcance de las masas populares.

3. Desarrollar canales de participación de las masas populares en la lucha política de la burguesía en posición subordinada, siguiendo sus partidos y sus exponentes. La participación de las masas populares a la lucha política de la burguesía es un ingrediente indispensable de la contrarrevolución preventiva. La división de los poderes, las asambleas representativas, las elecciones políticas, y las luchas entre varios partidos (el pluripartidismo) son aspectos esenciales de los regímenes de contrarrevolución preventiva. La burguesía tiene que lograr que las masas perciban el Estado como si fuera de ellos, mientras que en realidad es de la burguesía imperialista. Cada quien que quiere participar en la vida política, debe poder participar. La burguesía, pero, pone, y debe poner, la tácita condición que respeten el juego y las reglas de la clase dominante: no vayan mas allá de su orden social. A pesar de esa tacita condición, la burguesía, en todos casos, está desde ya obligada a dividir más netamente su actividad política en dos campos. Uno público, en el cual las masas populares son admitidas (el “teatro de títeres de la política burguesa”). Otro, secreto, reservado a “los iniciados”. Respectar tácitamente esa división y adecuarse a ella se convierte en un requisito indispensable de cada hombre “responsable”. Pero, cada tacita regla es, obviamente, un punto débil del nuevo mecanismo de poder.

4. Mantener las masas populares y en particular los obreros en un estado de impotencia, evitar que se organicen (sin organización, un proletario está desprovisto de cualquier fuerza social, no tiene capacidad de influir en la dirección y en el desarrollo de la vida social); proporcionar a las masas organizaciones dirigidas por hombres de confianza de la burguesía (organizaciones que la burguesía hace construir para desviar a las masas de las organizaciones de clase, movilizando y sosteniendo sacerdotes, policías, y similares: las organizaciones "amarillas", como la CISL, ACLI, la UIL, etc.), por hombres venales, individualistas, ambiciosos, corruptibles; evitar que los obreros formen organizaciones autónomas de la burguesía en su estructura y en su orientación.

5. Reprimir lo más selectivamente posible a los comunistas. Evitar a toda costa que los comunistas tengan éxito: o sea, que multipliquen su fuerza organizándose en partido; que desarrollen y asimilen una visión del mundo, un método de conocimiento y trabajo y una estrategia justos, que realicen una actividad eficaz; que recluten, que afirmen su hegemonía en la clase obrera. Corromper y cooptar a los comunistas, romper y eliminar los que no se dejan corromper y cooptar.

 

La crisis general y todavía más su fase terminal está destruyendo y en gran medida ha ya destruido el segundo de los 5 pilares universales de los regímenes de contrarrevolución preventiva. La crisis política induce a la burguesía a resquebrajar ella misma fuertemente el tercer y el cuarto de los cinco pilares (límite a la participación de las masas en la lucha política burguesa cada vez que aumentan las contradicciones, políticas antisindicalistas de los patrones y sus autoridades). La “guerra contra el terrorismo” es la bandera bajo la cual la burguesía esta quebrando siempre más el quinto de lo cinco pilares. En estas condiciones, la eficacia del primer de los 5 pilares se reduce. Las condiciones para desarrollar la guerra popular revolucionaria mejoran en todos los países imperialistas. La fuerte presencia de trabajadores inmigrantes facilita nuestro trabajo. La resistencia heroica de los países oprimidos, agredidos por los EE.UU., por los sionistas y por otras potencias imperialistas favorecen el desarrollo de la segunda oleada de la revolución proletaria, aunque la resistencia de los países árabes y musulmanes está todavía en gran medida dirigida por clases y grupos reaccionarios. La resistencia que un numero creciente de países (desde los países de la América Latina a la China al Irán a la Rusia) oponen a las pretenciones imperialistas de EE.UU. y de grupos sionistas debilitan políticamente el sistema imperialista mundial que tiene todavía en los EE.UU. su centro. La burguesía imperialista de EE.UU. está siempre más tentada a llamar en causa a la supremacía militar de la que dispone. La carrera entre movilización revolucionaria y movilización reaccionaria, entre revolución y guerra está en pleno desarrollo en cada país y a nivel internacional. En esta situación cada partido comunista, además de dedicar sus energías principales a construir la revolución en el proprio país, debe dedicar energía al renacer del movimiento comunista en el mundo y en particular al renacer del movimiento comunista en los EE.UU.: es probablemente el único modo para impedir que la burguesía imperialista de EE.UU. continúe en hacer bloque con los grupos sionistas y precipite el mundo en una nueva guerra mundial. Promover la lucha para eliminar el dominio de la burguesía imperialista en los EE.UU. es principalmente deber del movimiento comunista estadounidense, pero es también un deber universal del movimiento comunista, análogamente a como eliminar el Vaticano y su Iglesia Católica es principalmente deber del movimiento comunista italiano, pero es también deber universal del movimiento comunista, dado el rol que este residuo de la Edad Media europea tiene en el sistema mundial de opresión imperialista.

 

4.

La estrategia de la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración)

 

¿En que consiste la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración) en nuestro país y en los países imperialistas en general?

 

La guerra popular de larga duración es una estrategia universal que se aplica en cada país según leyes particulares. Para nuestro país, Italia, la primera y más general particularidad está en el hecho que nuestro país es un país imperialista, y entonces, no valen las leyes que se aplican en países opresos, semifeudales o neocoloniales. En estos países la guerra se extiende en los campos y circunda las ciudades, la acumulación de las fuerzas revolucionarias se funda en el involucramiento y el apoyo de las masas populares campesinas, que aquí constituyen la gran mayoría de la población.

En países imperialistas como el nuestro la acumulación de las fuerzas revolucionarias procede trámite la constitución y la resistencia del partido clandestino y su dirección sobre las masas populares en agregarse en organizaciones de masas de todo tipo necesarias para satisfacer a sus necesidades materiales y espirituales, en participar a la lucha política burguesa donde subvertir su marcha y conducir las luchas reivindicativas, hasta poner a la burguesía en la alternativa de desencadenar la guerra civil o perder el poder sin combatir. Nosotros debemos trabajar y trabajamos en la prospectiva de deber afrontar y vencer la guerra civil. Solamente en este modo estaremos preparado a cualquier eventualidad. Eso es en nuestro país lo correspondiente a aquello que es “el cerco de la ciudad por parte de los campos” en países semifeudales.

 

La guerra popular revolucionaria en países imperialistas inicia con la fundación del partido que la dirige. En nuestro país ha iniciado con la fundación del (nuevo) Partido comunista italiano.

La guerra popular revolucionaria en Italia no inicia entonces con la lucha armada. El paso a la lucha armada, es decir, la guerra civil, en nuestro país será el paso de la primera fase de la guerra (la defensiva estratégica, la fase de la acumulación de las fuerzas) a la segunda fase (el equilibrio estratégico: dos fuerzas armadas se chocan y se contienden el terreno). El paso de la fase de la acumulación de las fuerzas a la de la guerra civil o a formas de guerra civil se ha determinado ya en nuestro país por tres veces: 1. después de la Primera Guerra Mundial, en el Bienio Rojo, 2. al final de la Segunda Guerra Mundial, con la Resistencia Partisana, 3. en los años ‘70, con las Organizaciones Comunistas Combatientes (las Brigadas Rojas). Los éxitos y las derrotas de estas experiencias son elementos preciosos de conocimiento para la GPRdLD que el (n)PCI dirige. Estos eventos confirman que el movimiento comunista actuaba a ciegas, pero indican también cual es la línea que este debe conscientemente actuar.

 

Nosotros decimos que la revolución se construye, y que no es algo que estalla. La construcción de la revolución es el desarrollo de la GPRdLD. En ella una campaña sigue a la otra sobre la base de los resultados de esta y a su vez crea las condiciones para una campaña de nivel superior (concatenación). Cada campaña esta compuesta por batallas y operaciones tácticas que se combinan entre ellas (sinergia) o se suceden (concatenación).

Las fases de la guerra, sea en los países oprimidos, semifeudales y neocoloniales sea en los países imperialistas, son tres: la fase de defensiva estratégica, la fase de equilibrio estratégico, la fase de ofensiva estratégica. En países imperialistas como el nuestro, la fase presente es aquella de la defensiva estratégica. En esta fase el partido acumula las fuerzas revolucionarias. En esta fase, en los países imperialistas, el campo de batalla no es el de la lucha armada, sino es donde el partido ataca el corazón del poder de la burguesía imperialista: su hegemonía sobre las masas populares y su capacidad de orientar la conciencia de las masas populares y dirigir su acción. Aquí el partido comunista le quita terreno.

 

La guerra Popular Revolucionaria de larga duración supera un límite de la Internacional Comunista

 

A diferencia de la Segunda Internacional, la Internacional Comunista ha tenido conciencia clara y ha tenido presente en su práctica la diferencia cualitativa entre las luchas de intereses (que son parte de la naturaleza de la sociedad burgués y son crónicas) y la lucha por el socialismo. Pero ella ha constantemente contrapuesto, como elementos uno de los cuales excluye al otro, lucha pacífica y lucha violenta, trabajo dentro de la sociedad burguesa y trabajo contra la sociedad burguesa, actividad parlamentaria y guerra civil, reformas y revolución, unidad y lucha, contradicciones no antagónicas y contradicciones antagónicas, contradicciones entre masas populares y burguesía imperialista y contradicciones entre grupos de la clase dominante, política reivindicativa y política revolucionaria, organizaciones legales y organizaciones clandestinas. Al contrario, en realidad, estos elementos constituyen unidad de opuestos. La estrategia de la guerra popular revolucionaria de larga duración reconoce estas unidades de opuestos, desarrolla ambos los términos de la unidad y compone con ellos la lucha de la clase obrera para mermar y en definitiva eliminar el poder de la burguesía imperialista e instaurar el socialismo.

 

Textos para la profundización

1. Sobre el balance del movimiento comunista (primera oleada de la revolución proletaria y primeros países socialistas, crisis del movimiento comunista y revisionismo moderno, renacimiento del movimiento comunista sobre la base del MLM, perspectivas para la organización del Movimiento Comunista Internacional)

Testi in italiano

Manifesto Programma del (nuovo) Partito comunista italiano,

Cap. 1. La lotta di classe durante i primi 160 anni del movimento comunista e le condizioni attuali

in  www.nuovopci.it/scritti/mpnpci/indicmp.html

 

 

L’ordinamento politico dei paesi socialisti

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 31, marzo 2009.

In  www.nuovopci.it/voce/voce31/orpolpsoc.html

 

 

La seconda fase dei primi paesi socialisti

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 22, marzo 2006.

In  www.nuovopci.it/arcspip/article2571.html

 

 

Dieci tesi sulla Seconda Guerra Mondiale e il movimento comunista

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 20, luglio 2005.

In  www.nuovopci.it/voce/voce20/13dieci.htm

 

 

L’ottava discriminante

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 9, novembre 2001 e n. 10, marzo 2002,

in  www.nuovopci.it/voce/voce10/otta2a.htm

L’ottava discriminante

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 41, luglio 2012

in http://www.nuovopci.it/voce/voce41/ottavad.html

 

 

Contro l’economicismo

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 29, luglio 2008.

In  www.nuovopci.it/voce/voce29/controec.html

 

 

L’instaurazione del socialismo nei paesi imperialisti

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 21, novembre 2005.

In www.nuovopci.it/voce/voce21/09.Instaurazione.htm

 

Marco Martinengo, I primi paesi socialisti

in http://www.nuovopci.it/scritti/varie/martipps.htm

 

 

La critica dogmatica

In Rapporti Sociali n. 30, giugno 2002

Ed. Rapporti Sociali - www.carc.it

 

 

L'attività della prima Internazionale Comunista in Europa e il maoismo

La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano,

n. 10, marzo 2002.

In  www.nuovopci.it/voce/voce10/aticeu.htm

 

Testi in inglese

Manifesto Program of the (new) Italian Communist Party,

Ch. 1. The class struggle during the first 160 years of the communist movement and the present conditions

in http://www.nuovopci.it/eile/en/in080619.html

 

 

The political order of the first socialist countries

A very important issue: the political order of future socialist countries

Article from  La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, No. 31, March 2009.

In http://www.nuovopci.it/eile/en/in090812.html

 

 

The political order of socialist countries

Message to Symposium on the political order of future socialist countries the Maoist Communist Party of Turkey/North Kurdistan hold in Frankfurt (Germany) on 24 - 25 January

4th February 2009

in http://www.nuovopci.it/arcspip/article755c.html

 

 

 The second phase of the first socialist countries,

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 22, March 2006.

In http://www.nuovopci.it\eile\en\secfase.htm

 

 Ten theses on the Second World War and the communist movement

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano n. 20, July 2005.

In http://www.nuovopci.it/eile/en/in050715.html

 

The eighth discriminating factor

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 9, November 2001, and n. 10, March 2002,

in http://www.nuovopci.it/eile/en/discr8/firstprt.html

 

Against the economism

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 29, July 2008

In http://www.nuovopci.it/eile/en/in080715.html

 

 

Testi in castigliano

Manifiesto Programa del (nuevo)Partido comunista italiano

Cap. 1. La lucha de clases durante los primeros 160 años del movimiento comunista y las condiciones actuales - in http://www.nuovopci.it/eile/sp/MPcast/MP_Castigliano.html#Capítulo_I

 

 

La instauracion del socialismo en los paises imperialistas

Artículo de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 21, noviembre de 2005,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/instsoc.htm

 

 

Marco Martinengo, Los primeros paises socialistas

In Textos para el debate en movimiento comunista internacional, N°1, mayo de 2003, by PCE (r) -  Fracción  Octubre, in http://www.nuovopci.it/eile/sp/ppsvsp.htm

 

 

La crítica dogmática,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/critdog.htm

 

 

La actividad de la primera Internacional Comunista en Europa y el maoísmo,

Artículo de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano n.10, marzo de 2002,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/activic.htm

 

 

La octava discriminante

Artículo de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 9, noviembre de 2001 - n.10, marzo de 2002, in http://www.nuovopci.it/eile/sp/critdog.htm

 

El papel historico de la Internacional Comunista - Conquistas y límites

Artículo de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano n. 2, julio de 1999,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/papelhis.htm

 

Los comunistas tenemos necesidad de elaborar una teoría justa de la crisis general del capitalismo, in http://www.nuovopci.it/eile/sp/lacrisis.htm

 

La guerra de España, el PCE y la Internacional Comunista (Presentacion),

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/guerrasp.htm

 

 Sobre la experiencia histórica de los países socialistas,

Artículo de Rapporti Sociali nº 11, noviembre de 1991,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/exhipps.htm

 

La restauración del modo de producción capitalista en la Unión Soviética,

Artículo de Rapporti Sociali, nº 8, noviembre de 1990,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/rmpcalus.htm

 

Contribución al balance de la experiencia de los países socialistas,

Artículo de Rapporti Sociali, nº 5/6, enero de 1990

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/cobilpps.htm

 

 

Testi in francese

Manifeste Programme du (nouveau) Parti communiste italien

Ch. 1 La lutte de classe pendant les 160 premières années du mouvement communiste et les conditions actuelles Introduction

in http://www.nuovopci.it/eile/fr/mp-npci-fr/Manifeste_Programme_du_(n)PCI.pdf

 

 

Marco Martinengo, Les premiers pays socialistes, in http://www.nuovopci.it/eile/fr/ppsoc/pps2.htm

 

 2. Sobre la teoria de la (primera y segunda) crisis general del capitalismo en la época imperialista y de la consecuente situación revolucionaria en desarrollo

 

Testi in italiano

Manifesto Programma del (nuovo) Partito comunista italiano,

Cap. 1.4. La prima crisi generale del capitalismo, la prima ondata della rivoluzione proletaria, il leninismo seconda superiore tappa del pensiero comunista

Cap. 1.6. La seconda crisi generale del capitalismo e la nuova ondata della rivoluzione proletaria

in  www.nuovopci.it/scritti/mpnpci/indicmp.html

 

 

La nuova crisi generale del capitalismo apre la via al socialismo!

in  www.nuovopci.it/arcspip/articleee88.html

 

 

 Testi in inglese

Manifesto Program of the (new) Italian Communist Party,

Ch. 1.4. The first general crisis of capitalism, the first wave of proletarian revolution, Leninism second superior stage of communist thought

Ch. 1.6. The second general crisis of capitalism and the new wave of proletarian revolution

in http://www.nuovopci.it/eile/en/in080619.html

 

 

The new general crisis of capitalism opens the way to socialism!

19th December 2008 – Statement

in http://www.nuovopci.it/arcspip/article081a.html

 

Testi in castigliano

Manifiesto Programa del (nuevo)Partido comunista italiano

Cap. 1.4. La primera crisis general del capitalismo, la primera ola de la revolución proletaria, el leninismo segunda superior etapa del pensamiento comunista

Cap. 1.6. La segunda crisis general del capitalismo y la nueva oleada de la revolución proletaria

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/MPcast/MP_Castigliano.html#Capítulo_I

 

Testi in francese

Manifeste Programme du (nouveau) Parti communiste italien

Ch. 1.4. La première crise générale du capitalisme, la première vague de la révolution prolétarienne, le léninisme seconde et supérieure étape de la pensée communiste

Ch. 1.6. La seconde crise générale du capitalisme et la nouvelle vague de la révolution prolétarienne

in http://www.nuovopci.it/eile/fr/mp-npci-fr/Manifeste_Programme_du_(n)PCI.pdf

 

 

3. Sobre el régimen de contrarrevolución preventiva instaurado por la burguesía en los países imperialistas

 

Testi in italiano

Manifesto Programma del (nuovo) Partito comunista italiano, Cap. 1.3.3. La controrivoluzione preventiva

in http://www.nuovopci.it/scritti/mpnpci/01_03_03_contrivol_prev.html

 

Sabotare il terzo pilastro del regime di controrivoluzione preventiva, in

 www.nuovopci.it/voce/voce33/sab3pil.html

 

Testi in inglese

Manifesto Program of the (new) Italian Communist Party, Ch. 1.3.3. The preventive counter-revolution in http://www.nuovopci.it/eile/en/in080619.html

 

 

Testi in castigliano

Manifiesto Programa del (nuevo)Partido comunista italiano, Cap. 1.3.3. La contrarrevolución preventiva in http://www.nuovopci.it/eile/sp/MPcast/MP_Castigliano.html#Capítulo_I

 

 

Testi in francese

Manifeste Programme du (nouveau) Parti communiste italien - Ch. 1.3.3. La contre-révolution préventive in http://www.nuovopci.it/eile/fr/mp-npci-fr/Manifeste_Programme_du_(n)PCI.pdf

 

 

Saboter le 3e pilier du régime de contre-révolution préventive,

Article de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, Novembre 2009,

in http://www.nuovopci.it/eile/fr/vo33/sab3pil.html

 

4. Sobre la estrategia de la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración) 

Testi in italiano

Manifesto Programma del (nuovo) Partito comunista italiano,

Cap. 3.3. La nostra strategia: la guerra popolare rivoluzionaria di lunga durata - in

http://www.nuovopci.it/scritti/mpnpci/03_Il_PC_lotta_Italia_nuovo_paese_socialista.html#3_3

 

Bisogna rielaborare le esperienze del passato ed elaborare le esperienze presenti alla luce della teoria della guerra popolare rivoluzionaria di lunga durata.

In  www.nuovopci.it/voce/voce18/biselab.htm

 

 

Bisogna distinguere leggi universali e leggi particolari della guerra popolare rivoluzionaria di lunga durata. In  www.nuovopci.it/voce/voce17/disting.htm

 

Testi in inglese

Manifesto Program of the (new) Italian Communist Party,

Ch. 3.3. Our strategy: the revolutionary protracted people’s war

in http://www.nuovopci.it/eile/en/in080619.html

 

 

The necessity to revise the experiences of the past and to work out the present experiences by the light of the theory of the long lasting popular revolutionary war

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 18, November 2004

In http://www.nuovopci.it/eile/en/theneces.html

 

 

The necessity of distinguishing between the universal and particular laws of the protracted popular revolutionary war

Article from La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 17, July 2004,

in http://www.nuovopci.it/eile/en/disting.html 

 

 

Testi in castigliano

Manifiesto Programa del (nuevo)Partido comunista italiano

Cap. 3.3. Nuestra estrategia: la guerra popular revolucionaria prolongada (o de larga duración)

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/MPcast/MP_Castigliano.html#Capítulo_III

 

Es preciso distinguir las leyes universales de las leyes particulares de la guerra popular prolongada, Artícúlo de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano n°17, julio de 2004,

in http://www.nuovopci.it/eile/sp/preciso.htm

  

Testi in francese

Manifeste Programme du (nouveau) Parti communiste italien

Ch. 3.3. Notre stratégie: la Guerre populaire révolutionnaire de longue durée

in http://www.nuovopci.it/eile/fr/mp-npci-fr/Manifeste_Programme_du_(n)PCI.pdf

 

Il est nécessaire de distinguer les lois universelles et les lois particulières de la guerre révolutionnaire populaire de longue durée

Article de La Voce del (nuovo) Partito comunista italiano, n. 17, July 2004,

in http://www.nuovopci.it/eile/fr/disloiun.htm