Sumario
Commissione
Preparatoria
del congresso di
fondazione del
(nuovo)Partito
comunista italiano
Edizioni in Lingue Estere (EiLE)
Gennaio 2002
Los comunistas tenemos necesidad de elaborar una
teoría justa de la crisis general del capitalismo
Este folleto de la
Comisión Preparatoria (CP) del congreso fundacional del (nuevo) Partido
comunista italiano, el segundo que Ediciones en Lenguas Extranjeras (EiLE)
publican en castellano, contiene esencialmente la traducción (con algunas
modificaciones que contribuyen a hacerlo más asequible al público español e
hispanoamericano) de un artículo elaborado, en diciembre de 1994, por la
redacción de la revista Rapporti Sociali.
Este artículo, que durante algún tiempo circuló en fascículos, fue publicado en
francés, en octubre de 1995, por la editorial Correspondances Révolutionnaires de Bruselas, formando parte de una
recopilación de textos del PCE(r) y de los CARC, bajo el título de La seconde crise générale du capitalisme.
Posteriormente fue publicado en el n.17/18 de Rapporti Sociali (otoño de 1996). En la presente edición hemos
considerado útil acompañarlo con la nota 33 sobre el capital financiero y un
extracto de otro artículo publicado, en 1985, en el n. 0 de Rapporti Sociali. En este último caso,
para ilustrar el vínculo que existe entre el límite de la acumulación de
capital y el límite de la duración de la jornada de trabajo: un aspecto de la
cuestión que no fue abordado expresamente en el artículo de 1994.
Este último artículo
finaliza mostrando que la crisis de superproducción absoluta de capital genera
una situación revolucionaria en desarrollo. Esto es precisamente lo que
confirman e ilustran algunos de los acontecimientos más recientes, como el
viraje político de los EEUU, la agresión a Afganistán por parte de la coalición
imperialista capitaneada por los imperialistas yanquis, la guerra en Oriente
Medio (Palestina, Irak), la crisis turca y la crisis económica y política de
Argentina. Esto demuestra también la gran importancia que tiene la elaboración
de una teoría justa sobre la crisis para la actividad política de los
comunistas.
La teoría de la
crisis general de superproducción absoluta de capital, la teoría de las Formas
Antitéticas de la Unidad Social (FAUS) y el balance del movimiento comunista
constituyen, a nuestro entender, el núcleo de la puesta al día de la teoría
revolucionaria que el movimiento comunista debe asimilar para sustentar sobre
unas bases teóricas firmes su renacimiento, hacia el que lenta pero
inexorablemente ya hoy camina en todo el mundo. En este sentido estamos
convencidos que el movimiento comunista, cuando adopte una posición teórica
justa con respecto a estas tres cuestiones, hará suya también la tesis de que
el maoísmo es la tercera etapa superior del pensamiento comunista tras el
marxismo y el leninismo y, por consiguiente, asumirá el
marxismo-leninismo-maoísmo como concepción del mundo, con todo lo que ello
implica con respecto al partido comunista y a la movilización, acumulación y
dirección de las fuerzas revolucionarias.
No podemos decir que,
durante los años transcurridos desde la publicación del artículo que ahora
presentamos a los lectores de habla castellana hasta hoy, hayamos hecho grandes
progresos en el movimiento comunista a nivel internacional con respecto al
debate sobre la naturaleza y la causa de la crisis actual. La dificultad con la
que se está avanzando en este debate es un reflejo de la lentitud con la que se
está llevando a cabo el renacimiento del movimiento comunista. El debate sobre
la causa y naturaleza de la crisis es, sin embargo, un factor puramente
subjetivo en el que todos los comunistas pueden y deben intervenir y del que
todos los comunistas son responsables. Estamos seguros de que, si este debate
avanza , el movimiento comunista sacará de él grandes ventajas para su
renacimiento. Por eso con este folleto hacemos un llamamiento a todos los
comunistas para romper con el estancamiento existente en el campo de la teoría
revolucionaria y que tanta relación guarda en unos casos con el dogmatismo y en
otros con la despreocupación (o menosprecio) por la teoría y el liberalismo que
dejan el campo libre a la influencia ideológica de la burguesía imperialista.
Hoy predominan
todavía en el movimiento comunista concepciones atrasadas, incoherentes y chapuceras
de la crisis actual. Una manifestación típica de esta situación la ofrece la
posición del PCE(r), al que estaba dedicado en particular nuestro artículo de
1994. Por un lado, cuando en su prensa se ocupa expresamente de la teoría de la
crisis, el PCE (r) se mantiene aferrado al análisis de Marx sobre las crisis
cíclicas decenales del siglo XIX, "actualizándolo" con alguna que
otra afirmación extraída del análisis del imperialismo hecho por Lenin a
comienzos del siglo XX, pero desligada del análisis de Marx, o bien copia por
completo las vacuas, superficiales y ampulosas "explicaciones" de la
crisis de la fase imperialista dadas por los revisionistas soviéticos durante
el período de Breznev. Este es el caso del artículo La crisis del sistema capitalista (escrito por Arenas y publicado
en Bandera Roja de agosto de 1980).
En este artículo, Arenas admite que las crisis de la fase imperialista toman “un carácter más agudo y prolongado” que
las crisis de la fase preimperialista y que abren “también un período de crisis política y social”. Sin embargo
sostiene que estas crisis del capitalismo son consecuencia de la
superproducción de mercancías (la cual tiene su origen, según señala, en la
restricción de la “capacidad adquisitiva
de las masas obreras y populares”), de la consolidación económica y
política lograda por el campo socialista frente al imperialismo y de la
independencia alcanzada por los países semicoloniales que a partir de ese
momento lucharían “por establecer su
propia economía nacional” y exigirían “precios
justos por sus productos naturales y por las mercancías que importan de los
países desarrollados para usos industriales”.
Arenas escribía todo
esto a menos de diez años del derrumbe del campo socialista, pretendiendo
explicar con ello las crisis de una época que se inicia en la segunda mitad del
siglo XIX, es decir, antes de que se iniciase la revolución proletaria y se crease
el primer país socialista. En suma, un batiburrillo confuso de alusiones de
contornos indefinidos y de afirmaciones desligadas unas de otras; falta de
nexos causales y de relaciones claramente definidas, pasada de contrabando como
si se tratase de un razonamiento dialéctico que tiene en cuenta todos los
aspectos de la realidad; ausencia de una teoría sistematizada, bien definida,
que tenga una relación claramente establecida con el conjunto de las
concepciones marxistas: por consiguiente, ausencia de una teoría susceptible de
ser verificable en función de los acontecimientos económicos y de sus
implicaciones políticas. Por el contrario, en lugar de ello encontramos
indicaciones, alusiones indirectas y sobreentendidos que permiten esquivar cada
objeción con sofismas y desmentidos, como un cuadro impresionista que sugiere
imágenes y relaciones, pero que no traza claramente los contornos de las
imágenes o de las formas. Un ejemplo: en las argumentaciones del citado
artículo se sobreentiende la convicción de que la revolución proletaria no
sería resultado de la crisis del capitalismo, sino que, por el contrario, dicha
revolución sería la causa de la crisis del capitalismo Es decir, una tesis
eminentemente subjetivista. Pero si alguien hiciera esta crítica, el autor del
artículo seguramente negará haber compartido y, menos aún, mantenido semejante
tesis, que, efectivamente, nunca ha enunciado explícitamente, si bien ningún
lector avisado y honesto podría negar que esta tesis y el "subconsumo de
las masas populares" son las premisas necesarias de las argumentaciones de
Arenas sobre las causas de la crisis del capitalismo en la fase imperialista.
Por otro lado, el PCE
(r) se refiere superficialmente, en sus documentos políticos (véase, por
ejemplo, el Informe del CC Reagrupar y
organizar las fuerzas revolucionarias bajo el fuego cruzado del enemigo
imperialista (Julio de 2001)), a “la
crisis económica crónica que arrastran desde hace tres décadas; una crisis, por
lo demás, para la que, como hemos dicho repetidas veces, los monopolistas no
encuentran ni pueden encontrar una solución “pacífica” por más conciliábulos
internacionales... que organicen”. Si el partido hubiese tenido
verdaderamente en cuenta que existe una crisis en curso desde hace treinta años
y de tanta importancia, y hubiese comprendido su causa y naturaleza, habría
adoptado, por ejemplo, una línea muy diferente en lo que respecta a la
acumulación de las fuerzas revolucionarias. Tanta confusión y superficialidad
se combinan con la crítica que nos hizo el mismo Arenas, en 1994, de desviarnos del marxismo-leninismo al situar la
causa de la crisis “fuera de la
producción, en el terreno monetario o financiero” (Sobre la crisis de superproducción, Resistencia n. 24, abril de
1994). Es decir, una crítica basada en una clara deformación de nuestras tesis,
como cualquiera puede constatar leyendo solamente los artículos de 1994 y de
1985 que, en el caso de este último, publicamos extractado. Más aún si se tiene
en cuenta la nota 33 que hemos añadido al primero.
La posición adoptada
por el PCE (r) es bastante representativa de la actitud que prevalece todavía
hoy en el movimiento comunista. Precisamente esta escasa atención prestada a la
comprensión del movimiento económico de la sociedad, no sólo es impropia de
marxistas, sino que también es uno de los mayores frenos del renacimiento del
movimiento comunista. Ya en el Manifiesto
de 1848 (cap. 2) Marx y Engels sostenían que uno de los rasgos distintivos de
los comunistas es que éstos “conocen las
condiciones, la evolución y los resultados generales del movimiento
proletario”. Lenin a su vez ha sido aún más conciso: sin teoría
revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario. Una tesis que Mao
precisará: sin teoría revolucionaria un movimiento revolucionario no puede
desarrollarse más allá de un nivel elemental. Precisamente nuestro nivel
actual.
Este folleto de
Ediciones en Lenguas Extranjeras es una contribución de la CP al movimiento
comunista internacional, a fin de que supere sus límites y aproveche las
posibilidades que la situación objetiva actual ofrece para un gran y rápido
renacimiento.
Nota marginal
De algunos de los artículos sobre la crisis y sobre la situación revolucionaria en desarrollo citados en este folleto existen ya traducciones en francés, inglés, español y alemán. Los lectores que estén interesados en recibir algunos de estos textos vía e.mail pueden pedirlos a la CP enviando la petición a Delegazione della CP del CC del (n)PCI