Los comunistas tenemos necesidad de elaborar una teoría justa de la crisis general del capitalismo

La crisis actual: crisis de superproducción de capital - Presentación

sabato 19 agosto 2006.
 
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La crisis actual: crisis de superproducción de capital
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Sumario


  1. Presentación
  2. Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual
  3. La crisis actual: crisis de superproducción de capital


Commissione Preparatoria

del congresso di fondazione del

(nuovo)Partito comunista italiano

 

  

Edizioni in Lingue Estere (EiLE)

Gennaio 2002

 

Los comunistas tenemos necesidad de elaborar una teoría justa de la crisis general del capitalismo

  

 


1. Presentación

 

Este folleto de la Comisión Preparatoria (CP) del congreso fundacional del (nuevo) Partido comunista italiano, el segundo que Ediciones en Lenguas Extranjeras (EiLE) publican en castellano, contiene esencialmente la traducción (con algunas modificaciones que contribuyen a hacerlo más asequible al público español e hispanoamericano) de un artículo elaborado, en diciembre de 1994, por la redacción de la revista Rapporti Sociali. Este artículo, que durante algún tiempo circuló en fascículos, fue publicado en francés, en octubre de 1995, por la editorial Correspondances Révolutionnaires de Bruselas, formando parte de una recopilación de textos del PCE(r) y de los CARC, bajo el título de La seconde crise générale du capitalisme. Posteriormente fue publicado en el n.17/18 de Rapporti Sociali (otoño de 1996). En la presente edición hemos considerado útil acompañarlo con la nota 33 sobre el capital financiero y un extracto de otro artículo publicado, en 1985, en el n. 0 de Rapporti Sociali. En este último caso, para ilustrar el vínculo que existe entre el límite de la acumulación de capital y el límite de la duración de la jornada de trabajo: un aspecto de la cuestión que no fue abordado expresamente en el artículo de 1994.

Este último artículo finaliza mostrando que la crisis de superproducción absoluta de capital genera una situación revolucionaria en desarrollo. Esto es precisamente lo que confirman e ilustran algunos de los acontecimientos más recientes, como el viraje político de los EEUU, la agresión a Afganistán por parte de la coalición imperialista capitaneada por los imperialistas yanquis, la guerra en Oriente Medio (Palestina, Irak), la crisis turca y la crisis económica y política de Argentina. Esto demuestra también la gran importancia que tiene la elaboración de una teoría justa sobre la crisis para la actividad política de los comunistas.

La teoría de la crisis general de superproducción absoluta de capital, la teoría de las Formas Antitéticas de la Unidad Social (FAUS) y el balance del movimiento comunista constituyen, a nuestro entender, el núcleo de la puesta al día de la teoría revolucionaria que el movimiento comunista debe asimilar para sustentar sobre unas bases teóricas firmes su renacimiento, hacia el que lenta pero inexorablemente ya hoy camina en todo el mundo. En este sentido estamos convencidos que el movimiento comunista, cuando adopte una posición teórica justa con respecto a estas tres cuestiones, hará suya también la tesis de que el maoísmo es la tercera etapa superior del pensamiento comunista tras el marxismo y el leninismo y, por consiguiente, asumirá el marxismo-leninismo-maoísmo como concepción del mundo, con todo lo que ello implica con respecto al partido comunista y a la movilización, acumulación y dirección de las fuerzas revolucionarias.

No podemos decir que, durante los años transcurridos desde la publicación del artículo que ahora presentamos a los lectores de habla castellana hasta hoy, hayamos hecho grandes progresos en el movimiento comunista a nivel internacional con respecto al debate sobre la naturaleza y la causa de la crisis actual. La dificultad con la que se está avanzando en este debate es un reflejo de la lentitud con la que se está llevando a cabo el renacimiento del movimiento comunista. El debate sobre la causa y naturaleza de la crisis es, sin embargo, un factor puramente subjetivo en el que todos los comunistas pueden y deben intervenir y del que todos los comunistas son responsables. Estamos seguros de que, si este debate avanza , el movimiento comunista sacará de él grandes ventajas para su renacimiento. Por eso con este folleto hacemos un llamamiento a todos los comunistas para romper con el estancamiento existente en el campo de la teoría revolucionaria y que tanta relación guarda en unos casos con el dogmatismo y en otros con la despreocupación (o menosprecio) por la teoría y el liberalismo que dejan el campo libre a la influencia ideológica de la burguesía imperialista.

Hoy predominan todavía en el movimiento comunista concepciones atrasadas, incoherentes y chapuceras de la crisis actual. Una manifestación típica de esta situación la ofrece la posición del PCE(r), al que estaba dedicado en particular nuestro artículo de 1994. Por un lado, cuando en su prensa se ocupa expresamente de la teoría de la crisis, el PCE (r) se mantiene aferrado al análisis de Marx sobre las crisis cíclicas decenales del siglo XIX, "actualizándolo" con alguna que otra afirmación extraída del análisis del imperialismo hecho por Lenin a comienzos del siglo XX, pero desligada del análisis de Marx, o bien copia por completo las vacuas, superficiales y ampulosas "explicaciones" de la crisis de la fase imperialista dadas por los revisionistas soviéticos durante el período de Breznev. Este es el caso del artículo La crisis del sistema capitalista (escrito por Arenas y publicado en Bandera Roja de agosto de 1980). En este artículo, Arenas admite que las crisis de la fase imperialista toman “un carácter más agudo y prolongado” que las crisis de la fase preimperialista y que abren “también un período de crisis política y social”. Sin embargo sostiene que estas crisis del capitalismo son consecuencia de la superproducción de mercancías (la cual tiene su origen, según señala, en la restricción de la “capacidad adquisitiva de las masas obreras y populares”), de la consolidación económica y política lograda por el campo socialista frente al imperialismo y de la independencia alcanzada por los países semicoloniales que a partir de ese momento lucharían “por establecer su propia economía nacional” y exigirían “precios justos por sus productos naturales y por las mercancías que importan de los países desarrollados para usos industriales”.

Arenas escribía todo esto a menos de diez años del derrumbe del campo socialista, pretendiendo explicar con ello las crisis de una época que se inicia en la segunda mitad del siglo XIX, es decir, antes de que se iniciase la revolución proletaria y se crease el primer país socialista. En suma, un batiburrillo confuso de alusiones de contornos indefinidos y de afirmaciones desligadas unas de otras; falta de nexos causales y de relaciones claramente definidas, pasada de contrabando como si se tratase de un razonamiento dialéctico que tiene en cuenta todos los aspectos de la realidad; ausencia de una teoría sistematizada, bien definida, que tenga una relación claramente establecida con el conjunto de las concepciones marxistas: por consiguiente, ausencia de una teoría susceptible de ser verificable en función de los acontecimientos económicos y de sus implicaciones políticas. Por el contrario, en lugar de ello encontramos indicaciones, alusiones indirectas y sobreentendidos que permiten esquivar cada objeción con sofismas y desmentidos, como un cuadro impresionista que sugiere imágenes y relaciones, pero que no traza claramente los contornos de las imágenes o de las formas. Un ejemplo: en las argumentaciones del citado artículo se sobreentiende la convicción de que la revolución proletaria no sería resultado de la crisis del capitalismo, sino que, por el contrario, dicha revolución sería la causa de la crisis del capitalismo Es decir, una tesis eminentemente subjetivista. Pero si alguien hiciera esta crítica, el autor del artículo seguramente negará haber compartido y, menos aún, mantenido semejante tesis, que, efectivamente, nunca ha enunciado explícitamente, si bien ningún lector avisado y honesto podría negar que esta tesis y el "subconsumo de las masas populares" son las premisas necesarias de las argumentaciones de Arenas sobre las causas de la crisis del capitalismo en la fase imperialista.

Por otro lado, el PCE (r) se refiere superficialmente, en sus documentos políticos (véase, por ejemplo, el Informe del CC Reagrupar y organizar las fuerzas revolucionarias bajo el fuego cruzado del enemigo imperialista (Julio de 2001)), a “la crisis económica crónica que arrastran desde hace tres décadas; una crisis, por lo demás, para la que, como hemos dicho repetidas veces, los monopolistas no encuentran ni pueden encontrar una solución “pacífica” por más conciliábulos internacionales... que organicen”. Si el partido hubiese tenido verdaderamente en cuenta que existe una crisis en curso desde hace treinta años y de tanta importancia, y hubiese comprendido su causa y naturaleza, habría adoptado, por ejemplo, una línea muy diferente en lo que respecta a la acumulación de las fuerzas revolucionarias. Tanta confusión y superficialidad se combinan con la crítica que nos hizo el mismo Arenas, en 1994, de desviarnos del marxismo-leninismo al situar la causa de la crisis “fuera de la producción, en el terreno monetario o financiero” (Sobre la crisis de superproducción, Resistencia n. 24, abril de 1994). Es decir, una crítica basada en una clara deformación de nuestras tesis, como cualquiera puede constatar leyendo solamente los artículos de 1994 y de 1985 que, en el caso de este último, publicamos extractado. Más aún si se tiene en cuenta la nota 33 que hemos añadido al primero.

La posición adoptada por el PCE (r) es bastante representativa de la actitud que prevalece todavía hoy en el movimiento comunista. Precisamente esta escasa atención prestada a la comprensión del movimiento económico de la sociedad, no sólo es impropia de marxistas, sino que también es uno de los mayores frenos del renacimiento del movimiento comunista. Ya en el Manifiesto de 1848 (cap. 2) Marx y Engels sostenían que uno de los rasgos distintivos de los comunistas es que éstos “conocen las condiciones, la evolución y los resultados generales del movimiento proletario”. Lenin a su vez ha sido aún más conciso: sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario. Una tesis que Mao precisará: sin teoría revolucionaria un movimiento revolucionario no puede desarrollarse más allá de un nivel elemental. Precisamente nuestro nivel actual.

Este folleto de Ediciones en Lenguas Extranjeras es una contribución de la CP al movimiento comunista internacional, a fin de que supere sus límites y aproveche las posibilidades que la situación objetiva actual ofrece para un gran y rápido renacimiento.

 

Nota marginal

De algunos de los artículos sobre la crisis y sobre la situación revolucionaria en desarrollo citados en este folleto existen ya traducciones en francés, inglés, español y alemán. Los lectores que estén interesados en recibir algunos de estos textos vía e.mail pueden pedirlos a la CP enviando la petición a Delegazione della CP del CC del (n)PCI