La crisis actual: crisis de superproducción de capital

El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva

Por el debate sobre la causa y naturaleza de la crisis actual
giovedì 20 luglio 2006.
 

Sumario

Introducción

  1. ¿Hay actualmente una crisis en curso?
  2. La fase imperialista
  3. Las crisis de la fase imperialista y las crisis del siglo XIX estudiadas por marx
  4. Crisis generales y crisis economicas
  5. La teoria de la crisis general de superproduccion absoluta de capital
  6. Crisis general de superproduccion absoluta de capital y tendencia decreciente de la cuota de ganancia
  7. Superproduccion de mercancias y superproduccion de capital
  8. Superpoblacion y crisis general de superproduccion absoluta de capital
  9. El capital financiero y la crisis de superproducción absoluta de capital
  10. El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva
  11. Dominar la teoria de la crisis actual y transformarla en linea politica

El papel revolucionario de las contradicciones objetivas y el papel revolucionario de la iniciativa subjetiva

Con la revista Rapporti Sociali nos hemos planteado como objetivo desde 1985 la lucha contra el subjetivismo, porque ésta era y es precisamente la desviación principal, el obstáculo más importante para el avance del movimiento revolucionario de nuestro país. Esto ha llevado y lleva a algunos compañeros a reprocharnos subestimar el papel de la iniciativa revolucionaria de las fuerzas subjetivas de la revolución socialista. Esta misma crítica es la que se nos hace de alguna manera en relación a nuestra tesis sobre la crisis actual. En efecto, nosotros pensamos que la actual organización económica, política y cultural del mundo será inevitablemente eliminada y reemplazada, porque ni las masas populares ni el mismo capital pueden vivir con ella (esto sucederá aunque los "revolucionarios cansados de luchar" traten de "dejar las armas"); porque las circunstancias materiales obligarán a millones de hombres (ya han comenzado hacerlo) a coger las armas. Nuestra lucha, como comunistas, puede influir solamente sobre el tipo de transformación que tendrá lugar, pero el mundo cambiará aunque los revolucionarios actuales traten de "mantenerse al margen". Pero, aunque así fuera, ninguna contrarrevolución preventiva ni ninguna traición podrá impedir que surjan miles de comunistas dispuestos a dirigir la transformación en curso hacia la revolución socialista. Y ello es así porque la crisis actual es, en definitiva un producto de la contradicción antagónica entre las fuerzas productivas colectivas y las relaciones capitalistas de producción, la cual crea las condiciones materiales que empujarán a millones de hombres a hacer todos los esfuerzos posibles para hacer corresponder las relaciones de producción con las fuerzas productivas ya colectivas. De ello se deduce que la tarea de los comunistas no es la de "crear un movimiento revolucionario", sino la de descubrir, organizar, educar y dirigir el movimiento revolucionario que ya existe de una forma espontánea e instintiva al que se ven empujados los trabajadores por las condiciones materiales y por el conjunto de su experiencia.

Algunos compañeros afirman que el programa de la revolución socialista en el terreno económico, una de las tareas de los comunistas, estriba en "cambiar las fuerzas productivas y las relaciones de producción". ¿Es justa esta tesis? Nosotros estamos convencidos de que no lo es. El contenido económico de la transformación socialista de la sociedad consiste en hacer corresponder las relaciones de producción y las instituciones de la sociedad con el carácter social ya alcanzado por las fuerzas productivas y en desarrollar el carácter social de éstas (38). Las fuerzas productivas tienen ya un carácter colectivo, social. El modo de producción capitalista, al relegar a un papel secundario a las fuerzas productivas individuales, les ha dado un carácter social o colectivo. Esta es la razón de que las fuerzas productivas se encuentren en contradicción con las relaciones capitalistas de producción entre las que se incluye la propiedad individual (o de grupo) de las fuerzas productivas, la iniciativa económica individual y la ganancia como fuerza motriz y objetivo de la producción de bienes y servicios. La tarea de la transformación socialista de la sociedad consiste en establecer relaciones de producción basadas en la propiedad y gestión públicas de las fuerzas productivas, en la iniciativa económica pública y en la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, individuales o colectivas de la población (39).

La contradicción entre fuerzas productivas ya colectivas y sociales y las relaciones de producción que tienen todavía un carácter capitalista individual es la fuerza motriz de la transformación de la sociedad capitalista en sociedad comunista; eso es lo esencial de la concepción materialista dialéctica de la historia. Nosotros nos oponemos a los que sostienen que la sociedad socialista tiene como tarea principal la creación de fuerzas productivas diferentes de las actuales, a los que sostienen que las fuerzas productivas actuales no están en contradicción con las relaciones capitalistas de producción y que, afirman, por el contrario, que las fuerzas productivas actuales encarnan, materializan y objetivan las relaciones capitalistas de producción (40).

Los representantes de la Escuela de Francfort (Adorno, Horkheimer, Polloch, Marcuse, etc.) y también, en Italia, un grupo de economistas "marxistas-leninistas" (La Grassa, Turchetto), defienden la tesis de que las actuales fuerzas productivas se corresponden con las relaciones de producción y son expresión de ellas. Sus partidarios en el campo revolucionario forman parte de la corriente subjetivista y moralista: en efecto, a aquéllos que niegan la realidad (41) no les queda más que inventar, imaginar, crear en su imaginación las razones de su actividad práctica, de su actividad en pro de la revolución y del socialismo, como por ejemplo la "Inteligencia", los "Derechos del hombre", la "Voluntad de Dios", la "Conciencia revolucionaria", las ideas de "Justicia, de "Libertad", de "Verdad", etc. (42).

Nosotros afirmamos que la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es la fuerza motriz del cambio de la sociedad actual, lo que empuja a los hombres a tener necesidades, a desear, a pensar, a planear y a acometer el cambio profundo de la sociedad actual. ¿Supone esto negar que la transformación de la sociedad es realizada por las masas populares dirigidas por la clase obrera, negar la lucha de clases, el papel de la conciencia y de la voluntad de los hombres, el papel de su actividad política o el papel del Partido Comunista? En absoluto. En todo caso, eso significa reafirmar la concepción materialista dialéctica de la historia, afirmar que las masas populares y la clase obrera no están movidas ni por dios ni por grandes personajes "carismáticos", ni por su conciencia, sino por las contradicciones de su existencia material (de las que es la principal, en la fase imperialista, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción). Esto quiere decir, por el contrario, que es a partir de estas contradicciones de las que nacen la conciencia de las masas, la autoridad y eficacia de la acción de los personajes carismáticos, la fuerza de voluntad de los individuos y la eficacia de la acción de los partidos comunistas. La acción de estas contradicciones de la vida material es, por así decir, tan fuerte que se presenta como una voluntad exterior al individuo, de la que no puede escapar, como si fuera la voluntad de dios o del destino. Esto significa que la actividad del Partido Comunista, la lucha de la clase obrera por el poder y la misma transformación socialista de la sociedad, deben ajustarse, para lograr la victoria, a las leyes objetivas del movimiento de la sociedad.


Notas:

38. Ver Fuerzas productivas y relaciones de producción, Rapporti Sociali n.5/6, en particular la pág.33, y De nuevo sobre el balance de la experiencia de los países socialistas, Rapporti Sociali n.7 - Rapports Sociaux n.3/4.

39. Esta tarea de la transformación socialista de la sociedad constituye uno de los elementos que determinan que de entre todas las clases populares, sólo la clase obrera puede dirigir la instauración de esas nuevas relaciones de producción y la creación de la superestructura correspondiente.

40. Ver Tres cuestiones importantes e ineludibles, Rapporti Sociali n.7 - Rapports Sociaux n.3/4.

41. Es decir, los que niegan que la fuerza motriz del cambio de la sociedad actual es la contradicción entre sus fuerzas productivas y sus relaciones de producción, que es precisamente lo que empuja a los hombres a sentir necesidades, a desear, a pensar, a hacer proyectos y a realizar la transformación profunda de la sociedad actual.

42. "Justicia", "Libertad", "Inteligencia", "Verdad", "Igualdad", "Derechos del hombre", "Voluntad de Dios", "Conciencia revolucionaria", etc., existen verdaderamente como "realidades del pensamiento", como contenido de la conciencia de los hombres. En tanto que tales, no surgen de la nada, sino que son,
- por un lado, la forma en que la necesidad material, exterior al individuo, asume en su conciencia, al igual que la alegría se expresa por medio de cantos, danzas, poemas o de la risa, etc. ;
- por otro lado, el resultado de una limitada comprensión de la naturaleza de esa necesidad material.
Precisamente porque la contradicción material empuja a los hombres a librar una batalla, ellos deben imaginar y pensar también su objetivo. De ahí que, mientras no lo comprendan científicamente, necesiten representárselo como "Justicia", "Deber", "Voluntad de Dios", "Verdadero Cristianismo", etc.